Y bien sabemos que el film conlleva, a la vez, recuerdos, de quienes trabajaron en su hogar auxiliando a su madre en las labores domésticas, además de que influyeron determinantemente en la formación humana, sentimental y social de él y sus hermanos. En efecto, rinde tributo a su entrañable nana por todo lo que les ofrendó.
Película que ha sido calificada como una obra maestra y obtuvo en estos días el tan relevante premio de “El León de Oro”, que se otorga en Venecia, Italia, que tanto enaltece a México.
Se propuso también, reproducir el paisaje urbano de la Colonia Roma, donde nació y vivió muchos años, lo cual representó un grado de dificultad considerable, pues abarcaba lo mismo edificios (como el propio “Cine de Las Américas”), que automóviles, tiendas y modas de la época, situada en los años setentas.
En lo personal, siento un enorme afecto por la familia Cuarón, en especial por Cristina, su madre, que fue una queridísima amiga, lo que me llevó a pintarla en un óleo y asimismo a petición de ella realizar el retrato a su hijo Alfonso cuando era un niño de apenas unos diez años de edad, siendo la idea continuar con cada uno de los demás integrantes de la familia, pero que por diversas causas quedó en un proyecto.
Pinturas, que ahora retoma Alfonso y aparecen en su película, lo cual representa para mí un gran orgullo y privilegio. En efecto, un buen día me llamó su asistente para pedirme la autorización de que formarán parte de esas imágenes históricas. Acepté gustosa y me siento muy feliz de su inclusión en la itinerante exposición que alude a esa maravillosa película.
Doy gracias entonces a la vida de ser testigo hoy de ese acontecimiento de excepción, así como recordar a mi inolvidable Cristina, y por igual a su hijo Alfonso y a toda la familia.
Vaya pues para Alfonso mis felicitaciones y la satisfacción de que se trata de un mexicano fuera de serie.
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