La tarta invertida de piña es sencilla de preparar y muy agradecida en cuanto a presencia, queda húmeda y con un ligero tono tostado que nos da una idea de su exquisito sabor si te gusta esta fruta.
Dentro de lo que es esta tarta, admite prácticamente todas las variaciones que se te ocurran, así puede ir más o menos remojada, llevar trocitos de piña en su interior, ir decorada con cerezas en almíbar rojas, verdes ..., todo vale.
Los ingredientes utilizados para esta tarta son de andar por casa, no necesitamos patear mil y un supermercados para conseguirlos, no es la primera vez que dejo de preparar una receta por la pereza de buscar un ingrediente concreto.
Venga, ¿nos lanzamos con esta tarta?, ya verás qué resultado más bueno en muy poquito tiempo.
TIPS:
Molde: redondo de 20 cm de diámetro
Temperatura del horno: 180ºC con calor arriba y abajo
INGREDIENTES (todos a temperatura ambiente):
3-4 cucharadas de azúcar moreno
6-7 rodajas de piña en su jugo
cerezas en almíbar
110 g de mantequilla sin sal
110 g de azúcar blanco
2 huevos
110 g de harina
1 cucharadita de levadura en polvo tipo Royal
1/4 cucharadita de bicarbonato
4 cucharadas del jugo de la piña
MODO DE PREPARACIÓN:
Precalentamos el horno.
Engrasamos los laterales del molde o forramos con una tira de papel de horno.
Espolvoreamos el fondo con el azúcar moreno y colocamos encima las rodajas de piña escurridas poniendo en cada agujero una cereza.
En un bol batimos la mantequilla con el azúcar hasta que blanqueen.
Incorporamos los huevos de uno en uno sin dejar de batir hasta que obtengamos una masa homogénea.
Tamizamos los ingredientes secos (harina, levadura y bicarbonato) y los incorporamos a la mezcla batiendo hasta integrar.
Por último, añadimos el jugo de la piña y removemos un poco para que se integre en la mezcla. Opcionalmente podemos incorporar trocitos de piña en la masa.
Vertemos la preparación en el molde sobre las rodajas de piña y la extendemos con ayuda de una espátula.
Si utilizamos un molde desmontable, cubrir por fuera con un poco de papel de aluminio ya que al derretirse el azúcar durante el horneado se puede salir por la junta.
Introducimos el molde en el horno y horneamos, sobre la rejilla colocada en la parte baja, durante 45 minutos. Si vemos que se dora mucho, cubrimos con papel de horno o de aluminio y retiramos en los minutos finales.
Cuando hayamos comprobado que la tarta está cocida, sacamos del horno y dejamos enfriar unos minutos antes de desmoldar y voltear.
Si te gustan las tartas muy empapadas, la puedes calar con el jugo de la piña al gusto.
Se conserva a temperatura ambiente o en la nevera, a mí como más me gusta es un poco fresquita.
¿Verdad que la tarta parece estar diciendo "cómeme"?.
Pues no la vamos a hacer esperar más, no se nos vaya a enfadar.Corriendo a por la "herramienta pesada", pala y tenedor y manos a la tarta, ¡mira que interior más jugoso, hummm ...!.
¡Qué aproveche!.