Estos números E, llevan con nosotros, bueno, en nuestros alimentos ya bastante tiempo, posiblemente desde el siglo XIX. Pero, ¿Son buenos estos números E?, científicamente no están considerados ni como buenos, ni como malos, no hay estudios respaldados que los califiquen como tales, aunque, varios de estas sustancias en dosis elevadas si son potencialmente tóxicas, de hecho, se van eliminando año a año ya que pasan de sospechosos a posiblemente dañinos, pero recuerda, siempre que un alimento esté más procesado, menos saludable será, lo que si está claro, es que sirven para prolongar la vida de nuestros alimentos, así como darles color, aroma, espesor, conservarlos, endulzarlos, etc, estos aditivos, pueden ser de origen animal, vegetal o sintético.
Según la directiva Europea 89/107/CEE, (norma general FAO CODEX STAN 192-1995, Rev.7-2006) con ligeras variantes en cada país de la Comunidad, dicta, que las principales funciones de estos aditivos, son las de:
Aumentar la estabilidad del producto
Asegurar su salubridad de los alimentos
Hacer posible que los alimentos queden libres de óxido de carbono
Asegurar y/o mantener las propiedades nutritivas de cada alimento
Ayudar a la producción, fabricación, elaboración, transformación, transporte, almacenamiento y conservación del alimento
proveer de homogeneidad al producto
Potenciar la aceptación del consumidor
Pero, ¿Qué pasa cuando algunos alimentos no tienen el color o aspecto suficiente para ser atractivos para comerlo? o cuando necesitamos que ciertas comidas tengan un caducidad prolongada, existen infinidad de casos por los cuales se hace uso de estos aditivos y ya no solo por el hecho de hacerlos más atractivos para el consumidor, hablamos también de texturas, olores, durabilidad, modo de conservación y un largo etcétera de casos para los cuales son imprescindibles su uso. Podemos usar como ejemplo claro un zumo de frutas, aunque esté hecho de frutas naturales, se le añadirán números E para prolongar o mejorar su conservación a temperatura ambiente, aromas que potencien el de la fruta, de la misma manera podemos hacerlo con el sabor, el dilema entra en juego, cuando estos posibles potenciadores permiten que los elaboradores puedan desarrollar estos productos con menor cantidad de fruta natural, no nos engañemos, si bien es cierto que no es una regla que lo más caro sea lo mejor, pasa en muchos casos que sí son de mayor calidad, simplemente por el hecho de que, es más barato añadir aditivos del tipo colorantes y saborizantes que ponerles más fruta.
Y para no aburrir, ya que, es un tema muy amplio y de fácil discusión, solo saber que más o menos se reparten de la siguiente manera:
E100-E199 Colorantes
E200-E299 Conservantes
E300-E399 Antioxidantes, emulsificantes, reguladores de acidez y estabilizantes
E400-E499 Emulsificantes, emulgentes, gelificantes, estabilizantes y agentes espesantes
E500-E599 Reguladores de PH, acidez y funciones diversas
E600-E699 Potenciadores de sabor
E700-E799 Antibióticos, varios
E900-E999 Funciones diversas
E1000-E1099 Funciones diversas
E1100-E1199 Funciones diversas
E1200-E1299 Funciones diversas
E1400-E1499 Almidones modificados
E1500-E1599 Saborizantes
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