Parece que este año me ha dado por las magdalenas, ¡jeje!
En casa, tengo que confesarlo, las preferidas, si las tenemos que comprar, son de la Bella Easo. Pero,... cuando pongo delante de ellos, unas magdalenas caseras de leche condensada como estas, (lo siento, la Bella Easo pero... ) no hay quien me gane. Y es que lo casero siempre marca la diferencia, ¿no crees?
No hace mucho hice unas magdalenas caseras de nata (crema de leche) y chocolate que fueron vistas y no vistas. Pues, lo mismo tengo que decir de estas. De verdad que vuelan y como están hechas con ingredientes muy comunes y al alcance de todos, son superrecomendables. A mis peques les encantan y al padre de las criaturas ni te cuento.
El caso es que este mes en el reto del #Asaltablogs de Marga, del blog Azafranes y Canelas, vuelvo a la carga con más magdalenas. Esta vez, le he robado a La cocina de M Pili, nuestra víctima, ¡jeje! No ha sido complicado encontrar recetas porque son todas deliciosas y sencillas, pero... resulta que elegí una receta que ella había hecho para este mismo reto y eso no está permitido. Así que, aunque lo tenía todo preparado, tuve que dar marcha atrás y buscar otra. Y desde luego ha sido una gran elección porque estas magdalenas caseras de leche condensada son irresistibles. En la receta original, magdalenas de leche condensada a máquina, nos da varias formas de realizarlas. Yo he elegido sin máquina, montando las claras y añadiéndolas al final. Me ha gustado mucho cómo han quedado, suaves y muy esponjosas.
Esta receta no lleva la preparación normal de las magdalenas en las que la masa se pone a enfriar en la nevera bastante tiempo para que haya contraste al meterlas en el horno y suban más. En esta receta puedes ver de lo que hablo: Magdalenas de pueblo caseras, pero quedan muy, muy ricas.
Sigo con mi investigación sobre el copete de las magdalenas. Para mí es casi un misterio que las que venden salgan con este copetazo y las mías se queden a medias. Si en mi anterior receta de magdalenas descubrí que los moldes individuales de flan que son más altos sirven mucho mejor para las magdalenas que el molde típico de cupcakes, esta vez he podido comprobar que, manteniendo la misma altura, en un molde más pequeño salen con más copete. Increíble, ¿verdad? Pues así es. Parece que el hecho de la estrechez hace que suban mas, ¡jeje! Si no lo has probado, te invito a que lo pruebes y verás que es cierto.
Como ya sabes, las magdalenas son muy parecidas a los muffins en cuanto a su producto final pero, su forma de hacerse es completamente diferente. De hecho, en las recetas en inglés de cocina, se habla de hacer un bizcocho o cualquier otra preparación al "muffin-style", es decir, al estilo en el que se hacen los muffins. Al hacer un muffin, casi no se utilizan aparatos eléctricos y lo más importante, la harina se incorpora al final removiendo suavemente, con movimientos envolventes, con unas espátula o un batidor de varillas. Puedes verlo en esta receta de Muffins de chocolate, plátano y yogur, donde además te dejo los trucos imprescindibles para que te salgan unos muffins perfectos. ¡No lo dejes pasar!
Ahora, vamos directamente a ver la receta de hoy que te aseguro te va a encantar. ¿Vienes?
Atención: Para hacer esta receta vamos a utilizar las medidas de un yogur de 125gr.
MAGDALENAS CASERAS DE LECHE CONDENSADA
Ingredientes
3 huevos M
1 medida de yogur de azúcar + un poco más para espolvorear
1 yogur griego sin azúcar
1 medida de yogur de aceite
200 gr. de leche condensada
1 medida de yogur harina de arroz
1 medida de yogur de maicena
1 medida de yogur de harina normal*
1 sobre de levadura o polvos de hornear (16 gr. )
1 cucharadita de sal
*En la receta original se hace con harina preparada sin gluten. Yo no uso esa harina y he echado harina normal y queda delicioso también.
Preparación
Calentamos el horno a 180ºC, calor arriba y abajo, sin ventilador.
Separamos las yemas de las claras y montamos estas ultimas a punto de nieve. Dejamos aparte.
En un bol grande, batimos las yemas con el azúcar. Añadimos el yogur y seguimos batiendo a velocidad media-baja.
Echamos el aceite en forma de hilo sin dejar de batir. Después, añadimos la leche condensada también.
Mezclamos las harinas con la levadura y añadimos a la masa en varias veces, batiendo a velocidad baja.
Incorporamos las claras en dos o tres tandas, removiendo con una espátula, con movimientos envolventes.
Preparamos los moldes de aluminio con cápsulas de cupcakes y rellenamos casi al filo.
Espolvoreamos por encima con un poco de azúcar y metemos en el horno.
Dejamos que se cuezan durante unos 20-25 minutos o hasta que al pinchar con un palillo en una de ellas, este salga limpio.
Sacamos y dejamos sobre una rejilla. Esperamos 5 minuto sy desmoldamos.
Dejamos que se enfríen totalmente antes de tomarlas.
¡A disfrutar!
Seguramente estás ya relamiéndote de gusto, sabiendo que puedes hacer estas deliciosas magdalenas caseras de leche condensada en un periquete, ¿a que sí? Yo que tú, no me acostaba hoy sin hacer esta receta. Te aseguro que no lo vas a lamentar, a menos que estés ya con la operación bikini, entonces, puede que un poco pero... tampoco tanto, ¿no?
Mira, mira,... Así me roban las magdalenas creyendo que no me doy cuenta, ¡jajaja!
Solo hay que fijarse en este miga para saber lo rica y jugosas que quedan. La combinación de las tres harinas es perfecta y si la hacéis sin gluten, seguro que os quedarán igualmente bien. La receta original, como ya te he contado, lleva una harina especial sin gluten, pero no lleva goma xanthana. Creo que no le hace falta pero, por si tienes dudas, siempre puedes añadirle un poco.
Bueno, ¿te animas entonces a prepararlas? Espero ver todas tus recetas por las redes, etiquetándome con @pattyscakebakery tanto en Facebook como en Instagram, para que pueda ver las maravillas que hacéis con mis recetas. Muchas gracias.
¡Hasta pronto!
Fuente: este post proviene de Pattys Cake, donde puedes consultar el contenido original.
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