Su preparación no requiere ninguna pericia especial ni demasiado tiempo en su preparación y el resultado poco o nada tiene que ver con el de las mermeladas comerciales, sus ingredientes 100% naturales, sin conservantes, ni colorantes y el hecho de estar elaboradas con nuestras propias manos, le aportan un plus de cariño que se percibe en su sabor.
De verdad merece la pena preparar mermeladas aunque sea verano porque luego las disfrutaremos todo el año en nuestros desayunos y meriendas, además también las podremos utilizar en la elaboración de infinidad de postres.
En el tema de las mermeladas, quizás lo que más cuesta arriba se le hace a todo el mundo es el tema de preparar los tarros para su envasado.
En principio, tarros y tapas deben de estar esterilizados, aunque confieso que yo no hago este paso "al pie de la letra", simplemente los lavo con agua lo más caliente que sale del grifo y los dejo secar antes de utilizarlos. A mí me va bien de esta forma y nunca se me ha estropeado ningún tarro de mermelada.
No me enrollo más y paso a desarrollar la receta porque a este paso se nos termina la temporada de cerezas, jejeje.TIPS:
Envasado: al vacío en tarros de cristal.
Conservación: en despensa o nevera, si los tarros están bien cerrados al vacío la mermelada se conserva en perfecto estado durante muchos meses.
Cantidad: con estos ingredientes salen 2 tarros generosos de mermelada, parece poca cantidad pero es preferible hacer tandas pequeñas para reducir el tiempo de cocción y así conservar mejor la esencia del sabor de las cerezas.INGREDIENTES:
680-700 g de cerezas (600 g deshuesadas)
180 g de azúcar blanquilla
120 g de azúcar moreno
25 g de zumo de limón
1-2 hojas de gelatina (opcional)MODO DE PREPARACIÓN:
Lavamos y secamos las cerezas.
Si no son picotas, les quitamos el rabito y deshuesamos.
Para deshuesarlas, si no tienes un aparato específico, puedes hacerlo muy fácilmente con ayuda de un bolígrafo Bic, sí, estás leyendo bien, el bolígrafo Bic de toda la vida, le quitamos la carga y nos quedamos con la funda de plástico transparente, sujetamos con una mano la cereza, acoplamos la funda en el hueco donde va el rabito y empujamos, el hueso saldrá "disparado", muchas veces literalmente, así que ten cuidado dónde apuntas.
Una vez que tengamos las cerezas deshuesadas, las partimos a la mitad y ponemos en una olla junto con los dos tipos de azúcar y el zumo de limón.
Cocemos durante 25-30 minutos a temperatura media sin dejar de remover.
Cuando las cerezas estén cocidas comprobaremos la textura de la mermelada, en principio los trozos de cereza todavía serán apreciables, si te gusta sin trozos, trituras un poco con la batidora con mucho cuidado porque la mermelada caliente puede saltar y quemarte.
Si queda demasiado líquida le puedes incorporar las láminas de gelatina previamente hidratadas durante 10 minutos y bien escurridas. Cocemos unos minutos más hasta que se disuelvan por completo.
En caliente, repartimos la mermelada en los tarros llenándolos hasta el borde, tapamos y los ponemos boca abajo, dejándolos así hasta el día siguiente para que hagan vacío.
Si además tienes la paciencia de cubrir las tapas con unos trocitos de tela atadas con unas cuerdas naturales y de ponerles unas etiquetas a los tarros, quedarán de lo más chachi piruli y serán un detalle ideal para regalar.
¡Lista nuestra mermelada casera de cerezas!, yo suelo esperar unos días para consumirla y está todavía mucho más rica que recién hecha.
Como te decía al principio, esta mermelada casera de cerezas será el mejor acompañamiento de las tostadas de nuestro desayuno o merienda y el complemento perfecto en infinidad de postres que vayamos haciendo a lo largo del año.
Venga, quiero escuchar el tintineo de los tarros ya.
Fuente: este post proviene de Los dulces de Mica, donde puedes consultar el contenido original.
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