El verano es un momento ideal para preparar una buena mermelada casera ya que el mercado nos ofrece una gran variedad de fruta de temporada (fresas, melocotones, albaricoques…). Y es que, aunque hay un gran abanico de ofertas de mermeladas industriales (y realmente la mayoría son muy buenas), nada como la satisfacción de preparar la mermelada casera uno mismo.
Ahí va la receta:
Ingredientes:
500 gramos de fresas maduras cortadas (quitad el pedúnculo)
3/4 taza de agua
10 gramos de pectina de frutas (la encontraréis en el supermercado)
400 gramos de azúcar
Esta cantidad os dará para aproximadamente para un par de frascos.
Preparación:
Necesitaréis unos frascos de cristal con tapa limpios (los podéis comprar o utilizar de otras conservas que hayáis comprado con anterioridad). Enjuagadlos bien con agua hirviendo y aseguraros de que estén completamente secos.
Limpiad las fresas suavemente con agua, secadlas con papel de cocina (a palmaditas). Luego cortadlas a trocitos, más o menos grandes según prefiráis. Pasadlas a un bol o recipiente grande y agregadle el azúcar. Dejad reposar 10 minutos, removiendo ocasionalmente.
Mezclad el agua y pectina en un cazo; llevad a ebullición a fuego alto, removiendo constantemente durante 1 minuto. Retiradlo del fuego y agregadlo a la mezcla de frutas; removedlo bien durante tres minutos o hasta que el azúcar se disuelva y deje de ser granulado.
Llenad los tarros preparados inmediatamente. Limpiad los bordes superiores e inmediatamente cubrid con la tapa.
Dejad reposar a temperatura ambiente 24 horas y ya está la mermelada preparada y lista para comer.
Podéis guardarla en el refrigerador hasta tres semanas o en el congelador hasta un año.
La mermelada congelada es muy sabrosa porque las fresas no están cocidas. Esta mermelada sabe a fruta fresca.