Harriet Van Horne
Cuando era pequeña vivía en una maravillosa casa con jardín. En él había un majestuoso y precioso árbol cuyo fruto eran unos deliciosos pomelos. Cada cierto tiempo mi madre nos mandaba a los cinco hermanos al jardín a recogerlos antes que cayeran del árbol. Con esa cosecha, además de hacernos unos riquísimos zumos, mi madre preparaba una deliciosa mermelada de pomelo.
De ahí, y de mi padre al que le encantaba el zumo, me viene la afición a todo lo que lleve este fruto. Es mi cítrico preferido junto a la naranja.
Hoy te traigo la receta de la mermelada de mi madre a la que yo le he añadido un ingrediente, el jengibre.
Vamos con la receta.
¿Qué necesitas?
1 kg de pomelos
1 kg de azúcar
15 gr de jengibre fresco
¿Cómo se hace?
Comienza pelando muy bien los pomelos, quita también muy bien toda la piel blanca porque amarga mucho y no le daría buen sabor a la mermelada.
Pon en una cazuela el azúcar, el pomelo desgajado y el jengibre fresco rallado. Lleva a ebullición y déjalo a fuego medio durante unos 30 minutos aproximadamente o hasta que veas que coge cuerpo (aunque te parezca que no tiene cuerpo, una vez lo dejes reposar lo irá cogiendo) No lo cuezas más de la cuenta porque se quemaría el azúcar.
Al ser una conserva de azúcar dura bastante tiempo, guarda en botes de cristal bien limpios y cerrados en un sitio oscuro.
Pero si quieres que se conserven más tiempo puedes esterilizar los botes y guardar al vacío como te explico en ¿Cómo esterilizar Botes de cristal para Conservas?
Espero que te guste tanto como a mi y si te animas a hacerla pregúntame tus dudas, coméntame tus sensaciones, mándame fotos……ya sabes que tu participación es la VIDA de este blog.
Gracias,
Mariola