Hace unas semanas una clienta me dijo que le gustaría que tuviéramos moldes para mini-Oreos. La idea me pareció genial, vi que nuestro proveedor tenía unos que iban perfectos y que en el siguiente pedido los incluí. Y como estas semanas no paramos entre pedidos de comuniones y cursos presenciales, no encontré el momento de estrenarlos hasta el sábado. Eso sí, me desquité, jejeje, y los probé con un montón de modelos diferentes (todos estos, que he creado específicamente para este molde):
En esta foto cojo una para que os hagáis idea del tamaño:
¿Verdad que son una monada?
Se utilizan igual que el molde para Oreos normales:
1.- Recortamos el chocotransfer con tijeras o con troqueladora (pronto tendremos en la tienda una con esta medida) y lo colocamos en las cavidades del molde, con la parte mate hacia arriba.
2.- Vertemos chocolate de cobertura blanco* fundido (atemperado o sin atemperar) en las cavidades del moldes, hasta 3/4 de su capacidad. Golpeamos suavemente el molde contra la mesa para que las burbujas del chocolate suban a la superficie.
* Yo le añadí un poco de colorante blanco con un colador, una vez fundido.
3.- Ponemos una mini-Oreo en cada cavidad y la hundimos un poquito con el dedo. No hay que hundirla demasiado, no debe llegar a la base de la cavidad del molde.
4.- Ponemos un poco de chocolate blanco sobre cada Oreo. Pasamos una paleta lisa o una espátula para quitar todo el exceso de chocolate.
5.- Si lo hemos fundido sin atemperar, lo dejamos en la nevera, lo sacamos cuando el chocolate esté totalmente duro e inmediatamente desmoldamos y retiramos los plásticos del chocotransfer. Si lo hemos atemperado, lo dejamos enfriar a temperatura ambiente y cuando el chocolate esté duro lo metemos en la nevera 5 minutos, sacamos desmoldamos y retiramos los plátsicos del chocotransfer.
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