VENTAJAS:
Resisten temperaturas entre - 60ºC y +230ºC.
Son fáciles de limpiar y se pueden introducir en el lavavajillas, en el microondas y en el congelador.
A diferencia de otros moldes de cristal o metal, dificilmente se dañan o rompen por lo que tienen una vida útil muy larga.
Si se doblan recuperan fácilmente su forma ya que son muy flexibles.
Su precio es asequible y existe una gama muy amplia en cuanto a tamaños, colores y formas.
No se necesita engrasar los moldes para que los alimentos se despeguen bien, por lo que facilita un estilo de cocina más saludable y bajo en calorías.
DESVENTAJAS:
Al tratarse de un material flexible, su manejo puede ser difícil cuando procesamos ingredientes líquidos y nos arriesgamos a que se derramen. Ocurre lo mismo con determinados ingredietnes sólidos, sobre todo si el peso no se distribuye uniformemente, puesto que podrían volcarse.
Dado que alcanzan temperaturas elevadas, es necesario utilizar guantes para retirarlos del horno y evitar quemaduras. Sin embargo, se enfrían rápidamente.
Conviene evitar el uso de cuchillos afilados y objetos punzantes sobre estos moldes, ya que se podrían perforar la silicona.
No se deben exponer a fuentes de calor directas, por ejemplo, un hornillo.
En cuanto a mi experiencia con estos moldes, en general, ha sido positiva. Donde más partido le he sacado ha sido en el campo de la repostería, con tantas formas y diseños para elegir que me quedaría con todos. Pero por supuesto, tened en cuenta que no es lo mismo asar un pollo que hornear unas magdalenas, y en cada caso es conveniente conocer los materiales y elegir el más adecuado.
Espero vuestros comentarios sobre estos moldes, contadme si los habéis utilizado o no, si os gustan, si creeis que son una buena inversión... Seguro que con nuestras opiniones ayudaremos a mucha gente a decidir.