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Las Naked Cakes o Tartas Desnudas son pura tendencia pastelera, pero para muchos de nosotros, es aún más, es una luz que surge entre coberturas de fondant, frosting y merengues, que nos permite saborear una tarta sin tener que buscar el escondite más discreto para dejar en algún lugar de la fiesta, su cobertura reposar eternamente.
La esencia de una naked cake es ir por la vida desnuda, liberada de cualquier tipo de cobertura y con el bizcocho a la vista. Sólo admite ser rellena por frutas, nata (crema de leche), ganache, diversas cremas o lo que se desee.
Pero siempre manteniendo una estética rústica y natural. Podría interpretarse como un estilo hippie chic pero en versión pastelera.
Lo cierto es que detrás de este estilo tan bonito y atractivo visualmente, donde prevalece lo natural de sus ingredientes existen más bondades.
Una tarta desnuda, al carecer de cobertura, elimina gran cantidad de azúcares y grasas lo que la convierte en más saludable y no por ello menos apetecible, disfrutando de los sabores reales de sus ingredientes.
Esta tendencia comienza a verse en todo tipo de eventos y sobre todo en aquellas bodas que buscan ser originales y muy personales, donde cuidan cada detalle sin caer en los mandatos de las tradiciones.
Yo estoy encantada con este estilo tan puro y exquisito, donde la repostería apuesta al lema ¨menos es más¨ tan cierto y nunca mejor aplicado.
Para celebrar esta dulce liberación, te preparé una mesa nudista muy inspiradora...
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La pastelería nudista llegó para quedarse.
¿Te sumas a esta revolución liberadora?
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