El pan de espelta o escanda tiene un delicioso sabor a nuez y menos gluten que las harinas de trigo tradicionales, así en esta ocasión, como tenía una buena cantidad de suero que me sobró de hacer mantequilla pensé en usarlo para hacer pan. El resultado fue mejor de lo esperado, resulto ser un pan con miga tupida pero muy esponjosa y corteza dura, tostada y crujiente, con un sabor y un aroma que recordaba especialmente a pueblo, un pan con un sabor increíblemente natural.
Es difícil cuando haces pan poner con exactitud la cantidad de líquidos, en este pan al final, la hidratación fue de un 75% pero puede ser que vuestra harina solo necesite un 70% o tal vez más, eso lo controlareis según vais amasando y vaya absorbiendo el líquido la masa. También podéis cambiar el tipo de harina y en lugar de espelta utilizar todo trigo o trigo integral, eso va a gustos pero en todos los casos, el líquido siempre será orientativo.
Ingredientes:
300 gr.de harina de espelta
200 gr.de harina de fuerza de trigo
300 gr. de suero de mantequilla
75 gr.de agua (siempre dependerá de la harina)
10 gr. levadura
10 gr. sal
Suero de mantequilla
Elaboración:
1. En el bol de la amasadora ponemos las harinas, la sal, la levadura y empezamos a remover con la batidora a poca velocidad y vamos añadiendo los líquidos poco a poco, empecé con el suero de leche añadiéndole en hilo y dejando que vaya absorbiendo, dejamos que absorba todo el suero y si es necesario (en mi caso si lo fue la harina absorbió todo y necesite añadir un poco mas de agua)
2. Amasamos unos 10-15 minutos hasta que los ingredientes estén totalmente integrados y el gluten desarrollado, volcamos en la mesa y vemos que tenemos una masa que no es nada pegajosa al contrario una masa manejable, brillante, lisa y de fácil manejo.
3. El peso total de la masa serán unos 900gr. aprox. ahora tenemos que decidir si hacemos un gran pan o lo dividimos, en mi caso hice una barra de 250 gr. y el resto un pan solo, una vez dividida la masa lo deje fermentar en bola, quiere decir hacemos una bola con cada pieza y dejamos fermentar hasta casi doblar su volumen, como tenía buena temperatura, unos 22-24º en 2 horas ya lo tenía listo, pero este tiempo es orientativo, siempre dependerá de la temperatura que tengáis en casa en ese momento.
4.Pasado este tiempo llega el momento de formar nuestro pan, boleamos la masa y le damos la forma que deseemos, hogaza, barra.
Dejamos fermentar de nuevo hasta que casi llegue a doblar volumen, cuidado que no llegue a doblar.
5.Con el horno precalentado a 230º y con una bandeja dentro para que este caliente, greñamos el pan como mas nos guste e introducimos en el horno en la bandeja que ya tenemos dentro, inmediatamente tenemos que añadir vapor.
Si no tenemos piedras volcánicas dentro del horno, que humedecemos cuando metemos el pan, podemos crear nuestro propio vapor con un pulverizador relleno de agua y enfocando el agua hacia el suelo del horno y cerrando el horno con rapidez, repetimos esta acción unas 3 veces con espacio de 1-2 minutos cada vez, pero con rapidez en la apertura y cierre del horno, si no, nuestro pan no subirá como debiera.
6. Horneamos con esa temperatura de 230º unos 20-25 min. (ya sabéis que cada horno es un mundo) pasado este tiempo, bajamos la temperatura a 200º y dejamos aprox. otros 30-35 minutos más.
Dejar enfriar el pan sobre una rejilla. Y a disfrutar...