Hace unos días ordenando mis recetas y anotaciones antiguas, me encontré con esta delicia, es de esas recetas olvidadas, pero que te generan cierta nostalgia al volver a probarlas, en realidad tenía cierta incertidumbre pues no la recordaba, pues tenía mucho tiempo que no la preparaba, y me llamó la atención que la letra con la que estaba escrita, sin procedimiento, era la de mi hermana… mi compañera de juegos, de travesuras, de estudio, de fiesta, y bueno, de una de mis hermanas más querida, pues a todas las quiero mucho, sólo que a cada una de manera distinta, ya que cada una ha desempeñado un papel distinto en toda mi vida; pero Ivette, Ivette es especial, ha sido mi cómplice en prácticamente todo, y ha sido también la madre sustituta de mis hijas, pues era quien generalmente, cuando yo tenía que trabajar, era quien me ayudaba y apoyaba en el cuidado de mis hijas, en especial de la mayor… eso cuando ya estaba yo casada; pero antes…. éramos compañeras en todos los sentidos, de escuela, de recámara, de juegos, de fiestas; siempre teníamos las mismas amistades, salíamos juntas a todos lados, creo que es de las únicas cosas que extraño de cuando estaba soltera y sin niñas… el estar siempre con ella… pero en fin, cada etapa es una aventura y hermosa de forma particular…y pues cuando encontré este trozo de papel con una letra que yo reconocía, pero sabía que no era mía y que decía:
“Pastel de Licuadora”
2 Tazas de harina
1 Taza de azúcar
1 Taza de aceite (aunque les debo confesar que yo le puse ¾ de taza)
4 huevos
2 Cucharadas de vainilla
Jugo o zumo de naranja (yo utilicé 1 y 1/2 naranja, jugo y ralladura)
1 cucharadita de polvo de hornear (en la receta no venía pero yo sé que hay que usar, así es que sólo lo añadí).
La receta no contaba con procedimiento alguno, pero el título me lo daba por completo, así es que sólo utilicé un poco de lógica y listo… he de decirles que quedó increíble…
Procedimiento:
Primero precalenté el horno a 175 grados centígrados.
Coloqué en un recipiente el harina cernida junto con el polvo de hornear, enseguida añadí el azúcar y el resto de los ingredientes, mezclé todo con un tenedor y fui colocándolo poco a poco en la licuadora para que no se me atascara; noté que era necesario añadir un poco más de líquido, para poder ayudarla por lo que agregué más jugo de naranja, de ahí la razón de aumentar media naranja… licué poco a poco y fui vaciando la mezcla en un molde engrasado y enharinado previamente.
Y simplemente metí al horno a 175 grados centígrados, aproximadamente por un tiempo de 40 minutos, o hasta cuando al introducir un palillo éste salió limpio.
Enseguida saqué del horno, y despegué con la ayuda de un cuchillo el pan del molde, sacudí un poco (sólo un poco para que no se rompa la miga) y lo saqué del molde.
Se me ocurrió entonces preparar un ligero glaseado de vainilla con naranja, y así lo hice:
Mezclé una taza y media de azúcar glass con el jugo de la mitad de la naranja que me había sobrado y añadí una cucharadita de vainilla, revolví con una palita hasta que ya no había grumos, y listo!!
Esperé a que el pan se enfriara y lo bañé con este glaseado tan ligero y rico… a algunos integrantes de la familia les agradó más solito y creo que después se me ocurrió que hubiera quedado espectacular también con un poco de chocolate fundido… en fin, algunas variantes con las que podemos jugar, lo importante es que en verdad el pan quedó delicioso, de una consistencia muy firme y a la vez esponjosa, así es que en los próximos días jugaré un poco con esta mezcla y prepararé panquecitos, luego les comento los resultados.
Lo mejor de todo esto, es que le logré apartar un pequeño trozo de este delicioso pan a mi querida hermana Ivette y se lo llevé, creo que le gustó mucho… pues tampoco recordaba esta receta en particular, quisimos recordar de dónde salió, y la verdad es que ninguna de las dos lo logró, tal vez nos la dio mi tía Coty, o tal vez otra persona, quién sabe, lo importante es toda la nostalgia que nos hizo sentir…
P.D.: Gracias Bet por todo… Te quiero!!