Me he metido en un nuevo lío… esa vez el lío consiste en hacer pan. No es un reto tal cual dicho, sino que es un grupo de compañeros que nos reunimos en las redes sociales Facebook e Instagram y hacemos un pan cada mes… pedimos ayuda, enseñamos nuestros progresos, decimos de donde hemos sacado la receta…
Me viene bien porque el tema “pan” lo he tocado muy poquito en mi vida. Tengo ganas de aprender algo de toDo este mundillo. El hastag de este grupo para Instagram #elpanperfecto. A este grupo de voy a llamar el grupo de los “Panarras”
El Irish soda bread, o pan de soda irlandés es un pan tradicional que pasa por ser uno de los más fáciles y rápidos de realizar. Su complejidad es nula y lo mejor de todo es que el resultado final es muy, muy apetecible.
A mí me ha gustado bastante… y ¡desapareció! Eso significa que a los mi casa también les gustó.
Como curiosidad de este pan es que no lleva levadura, por lo que no hay que esperar levados ni tiempos de espera. Así es un pan que tienes hecho en muy poco tiempo.
La razón de la creación de este pan se supone que es por la suma de varios factores: Irlanda es una isla poco poblada, y la gente se encuentra dispersa en granjas. Además la climatología no ayuda, ni a fermentar masas, ni a transportar pan entre granjas, por lo cual la gente se elaboraba el pan en su propia casa sin excesivas complicaciones …
Al proponer este pan en el grupo de #panarras o #elpanperfecto
me daba la sensación de ser la última en conocer y hacer este pan. Parece que todo el mundo lo conoce y lo tiene subido a su blog, pero bueno, yo acabo de empezar y poco a poco iré poniéndome las pilas.
La receta la he sacado de un blog que me he descubierto hace muy poco y que me ha encantado se llama “Con un par de guindillas”. Este blog, a su vez, partió de la receta de este pan de Gordon Ramsey, aunque con unos leves cambios. Yo he seguido al pie de la letra la receta del blog “Con un par de guindillas”
Ingredientes:
325 gramos de harina de fuerza.
175 gramos de harina integral de trigo.
5,5 gramos de soda.
6 gramos de sal.
3 gramos de azúcar.
400 mililitros de leche entera.
Zumo de medio limón.
Elaboración:
1.- Precalentamos el horno a 200 ºC (calor arriba y abajo), preparamos los 400 ml de leche y le incorporamos el zumo de medio limón. Reservamos y dejamos actuar durante 15 minutos. Esto consigue un sucedáneo de la buttermilk, utilizada en países anglosajones.
2.- En un cuenco grande mezclamos los ingredientes sólidos: las harinas, la sal, el azúcar y la soda.
3.- Transcurridos unos minutos, la leche ya se habrá cortado. La introducimos poco a poco mientras vamos incorporando todos los elementos con ayuda de una "lengua" o un simple tenedor. Seguimos hasta que este todo homogéneo.
4.- La masa es bastante pegajosa.
5.- Enharinamos la superficie de trabajo,
nuestras manos y una bandeja de horno. Volcamos la masa sobre la superficie y hacemos una bola. Ojo, ¡sin amasar!, se trata simplemente de hacer una bola (no la manipules mucho, que se calienta y se ablanda y se pone pegajosa) que acto seguido depositamos en la bandeja del horno.
Hacemos un corte relativamente profundo en forma de cruz, espolvoreamos un poco de harina sobre la masa e introducimos en el horno, dónde la dejaremos 35-40 minutos a 200 ºC (sabrás si está bien cocido si el fondo del pan suena hueco).
Mi opinión: Ya os he dicho que es un pan fácil y rico ¿Qué más se puede pedir?