El finsk brød, que traducido literalmente significa "pan finlandés", son unas galletas de mantequilla que se hornean en muchas casas danesas y suecas por Navidad. Nadie me ha sabido explicar de momento porqué se llaman así, ya que no se comen en Finlandia. Aunque ahora que lo pienso, los daneses también llaman "pan francés" al pan de miga blanca y "falsa liebre" a un plato de carne de cerdo, así que a saber.
Mi suegra no cocina. Sin embargo, todas las Navidades se anima a preparar una remesa de dulces navideños daneses con su sobrina. Entre otras cosas, todos los años prepara estas galletas a principios de diciembre. Cocinas del mundo me ha dado la excusa perfecta para que este año me animara a hacerlas yo misma ;)
Como ya os contaba el mes pasado, estoy pasando una temporada en Andalucía en un piso alquilado y mi cocina es bastante limitada, pero he usado un mini horno eléctrico y, aunque ha habido que hacer las galletas en varias remesas, ha salido todo bien =) Me han salido unas 70. Os cuento cómo las he hecho:
375 g de harina
100 g de azúcar
250 g de mantequilla (en mi caso ligera, aunque la receta no lo es precisamente)
2 huevos
Aprox. 60 g de almendras crudas y peladas
Unos 40 g de azúcar perlado (perlesukker), un azúcar sueco que parece granizo pequeño. Es el que llevan los rollos de canela suecos. Vidrio de azúcar fino también vale.
Opcional: 1/2 cucharadita de ralladura de piel de limónLa preparación:
1. Mezclamos la harina y el azúcar. Entonces incorporamos la mantequilla a temperatura ambiente y en trozos. Es importante que la mantequilla esté blanda, si no, será imposible mezclarla. Mezclamos con un tenedor y/o con las manos para que se integren los ingredientes.
2. Batimos un huevo y se lo añadimos a la masa para que adquiera una consistencia con la que podamos trabajar. No es una masa que requiera mucho trabajo. Si queremos darle un toque especial, le añadimos un poquitín de ralladura de piel de limón (no es parte de la receta tradicional, pero a mí me gusta).
3. Nos enharinamos las manos y hacemos tiras de masa del grosor aproximado de un dedo (unos 2 cm). Las achatamos un poco y las cortamos en trozos de unos 5 cm de largo.
4. Separamos los trocitos, los cubrimos y los dejamos reposar en el frigorífico durante 1 hora.
5. Ahora sí, ponemos a precalentar el horno a 200º (180º si usas función ventilador). Mientras tanto, troceamos las almendras. También se pueden comprar ya troceadas, como yo. Hay quien añade avellanas laminadas, pero no es lo más típico.
6. En un cuenco tendremos el huevo que nos queda, batido. En otro cuenco mezclaremos el azúcar perlado y las almendras troceadas.
7. Bañamos una de las caras de cada galleta en el huevo batido y a continuación lo pasamos por el cuenco de azúcar perlado y almendra.
8. Devolvemos la galleta a la bandeja y cuando las tengamos todas listas sobre el papel de horno, les damos 8-12 minutos de horneado. A mí en este horno me ha llevado 10-11 minutos por remesa.
9. Resístete, no las devores todavía. Es importante dejar que se enfríen para que se terminen de cocer por dentro y el sabor quede como debe. Estarán mucho mejor así, hazme caso. Así que ponlas sobre la rejilla, dales unos 5 minutos para que se vayan enfriando y listo.
* Se conservan muy bien en botes herméticos y cajas de hojalata; los daneses las hacen a principios de diciembre y las tienen en una lata para ofecerlas cuando vienen visitas durante todo el mes. ¡Ah! Y la masa se puede congelar antes de cocinarla.
¡Buen provecho!
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Bergua*