Esta es la versión original:
Y esta es mi versión:
Ingredientes:
225 gr de harina común
5 gr de bicarbonato
1 cucharadita de canela en polvo
75 gr de nueces y avellanas
25 gr de cerezas escarchadas (abrillantadas)
25 gr de pasas de uva
25 gr de chips de chocolate
50 gr de mermelada (utilicé mermelada de cerezas negras)
112 gr de miel
65 gr de agua templada
Preparación:
En un cuenco mezclamos el agua templada con la miel y removemos bien para integrar. Reservamos.
Ponemos en un bol la harina con el bicarbonato y la canela, mezclamos y tamizamos. Troceamos las nueces, avellanas y cerezas y las agregamos a la harina. Añadimos las pasas de uva, el chocolate, la mermelada y la miel con agua. Mezclamos uniendo bien los ingredientes, formando una pasta espesa y pegajosa.
Engrasamos con mantequilla y enharinamos un molde savarín, volcamos allí la mezcla presionando bien, cubrimos con un paño y dejamos descansar durante 2 horas. Yo he utilizado este molde de papel encerado y no hizo falta engrasarlo.
Precalentamos el horno a 200º.
Decoramos la superficie con nueces y cerezas (después del descanso la mezcla crece un poco y se pone de color marrón). Cocinamos en horno a 200º durante 20 minutos.
Retiramos del horno y dejamos enfriar.
Lo probamos en cuanto se enfrió y quedó delicioso. Como su nombre indica, su textura es más parecida a un pan que a un bizcocho. No lleva huevos ni mantequilla.
Utilicé la mitad de las cantidades de los ingredientes.
Podemos usar la mermelada que más nos guste o la que tengamos en casa.
La receta dice que debe guardarse durante varios días y después comerlo, pero en casa eso es impensable, ja, ja, ja.
Es una receta ideal para disfrutar en estas fiestas.
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¡Hasta la próxima!
¡Sean felices!
Fuente: este post proviene de Mi mundo Pinkcake, donde puedes consultar el contenido original.
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