Estoy segura que habréis oído el nombre, pero ni os imagináis la magia al hornearse.
Cuando lo ponemos en el molde para el horneado es todo una mezcla y la magia viene, según se va haciendo el solo se divide en tres partes, la base queda como un pudin, el centro cremoso y la cobertura crujiente una verdadera maravilla.
Yo le he querido dar una vuelta de rosca y como me gustan los retos, una vez que se ha enfriado le he dado la vuelta y he dejado la parte crujiente abajo y la parte cremosa arriba. Para terminar con mucha azúcar glas y el resultado..... una pasada de presentación. Os recomiendo que lo intentéis queda fantástico!!!!
INGREDIENTES
500 ml de leche tibia
4 huevos
125 gr mantequilla derretida y fria
120 gr harina tamizada
140 gr de azúcar
2 cucharadas de esencia de vainilla
ralladura de un limón
azúcar glas para decorar
PREPARACIÓN
Separamos las yemas de las claras y las batimos a punto de nieve y reservamos
Mezclamos las yemas ,azúcar y la ralladura batimos bien.
Añadimos la mantequilla , la vainilla, la leche tibia y mezclamos bien . A continuación añadimos la harina.
Vamos incorporando, poco a poco las claras a la mezcla con movimientos envolventes de arriba abajo para que no se bajen mucho, lo ponemos en un molde cuadrado o rectangular engrasado y enharinado, metemos al horno que lo habremos precalentado ,horneamos a 180ªC los primeros 10 minutos ,luego bajaremos a 160ºC otros 50 minutos, pincharemos para ver si sale limpio.
Dejaremos enfriar en el molde. Y como os he dicho le he dado la vuelta con mucho cuidado lo he cortado en porciones y espolvoreado con azúcar glas
Triunfareis seguro por lo sorprendente y exequisto.