Hoy os traemos una variación muy golosa de un postre navideño típico del norte de Europa y de los países anglosajones, el pan de jengibre o gingerbread.
¿Por qué no sorprender estas navidades a amigos y familia con un dulce un poco atípico pero exquisito?
Si no lo habéis probado nunca, animaos y si lo habéis probado y no os ha hecho ni fu ni fa, dadle otra oportunidad porque con chocolate los dulces, y la vida en general, son mejores.
¿Qué necesito?
Para el pan de jengibre:
300 grs. de harina
160 grs. de miel
3 huevos
200 grs. de azúcar moreno
150 grs. de mantequilla
2 cucharadas de café
1 cucharadita generosa de bicarbonato
3 cucharaditas de especias para pan de jengibre*
Para el ganache de chocolate:
250 grs. de nata (crema de leche) para montar
100 grs. de chocolate de repostería
15 grs. de azúcar glas
Para la cobertura de chocolate:
60 grs. de agua
180 grs. de azúcar
60 grs. de cacao en polvo
4 hojas de gelatina neutra
120 grs. de nata (crema de leche)
*Si no encontráis las especias ya preparadas solo tenéis que mezclar:
2 cucharaditas de jengibre molido
1 cucharadita de canela
1/2 cucharadita de cilantro
1/4 cucharadita de nuez moscada
1/8 cucharadita de clavo molido
1/8 cucharadita de comino
¿Cómo lo hago?
Precalentamos el horno a 175º.
Primero separamos las claras de las yemas y reservamos las primeras. En un bol grande, mezclamos las yemas con el azúcar y la miel y batimos hasta tener una mezcla espumosa.
A esta mezcla vamos añadiendo poco a poco y sin dejar de batir, el café, la mantequilla, la harina tamizada, las especias y el bicarbonato. El resultado será una masa espesa y contundente.
En otro bol, batimos las claras a punto de nieve y, cuando estén listas las mezclamos con la masa, revolviendo con movimientos envolventes para intentar que no se bajen.
Ahora que ya tenemos la masa lista, la colocamos en un molde (nosotras hemos usado uno rectangular de 19x28 cm. porque después será más sencillo hacer los pastelitos pero si preferís hacer una tarta podéis usar el molde que más os guste).
Horneamos durante 45 min. más o menos.
Pasado este tiempo ponemos el pan a enfriar y mientras tanto podemos aprovechar para hacer el ganache de chocolate.
Troceamos el chocolate y lo metemos en un bol.
Ponemos un cazo al fuego con la nata (crema de leche) y la llevamos a ebullición. Cuando hierva la echamos en el bol con el chocolate y removemos hasta que el chocolate esté derretido. Añadimos el azúcar y dejamos enfriar. Cuando esté frío lo metemos en la nevera durante una horita (o más si no tenéis prisa). Pasado este tiempo, batimos para montarlo (como si fuera nata (crema de leche) sola).
En este momento el pan ya estará frío así que podemos desmoldarlo y dividirlo en porciones del tamaño que más nos guste.
Lo siguiente es cortar estas porciones a la mitad para poner la capa de ganache. Nosotras hemos usado una manga pastelera para rellenar los pastelitos porque así queda la capa más uniforme pero con una espátula es suficiente.
Los pastelitos ya están montados. Ahora solo nos queda hacer el glaseado. La receta que usamos nosotros es de la cocinera francesa Mercotte (la podéis encontrar en su blog pero si el francés no es lo vuestro, el servicio de traducción de Chef in Chief os la trae en español), es una maravilla de receta porque el resultado es muy profesional.
Trabajar con chocolate no es fácil ya que hay que estar muy atento a las temperaturas (necesitáis un termómetro de cocina) así que si no os sale a la primera no os rindáis, es normal.
Para hacer la cobertura vamos a preparar los ingredientes antes.
Primero tenemos que hidratar las hojas de gelatina en agua muy fría y cuando estén blanditas las secamos bien con un paño y las reservamos. También preparamos el cacao: lo tamizamos y lo ponemos en un bol resistente al calor.
Por último metemos otro bol vacío en el congelador.
Ahora vamos al lío.
En un cazo, llevamos a ebullición el agua con el azúcar y, cuando hierva, lo vertemos poco a poco sobre el cacao batiéndolo (mucho cuidado en este paso, que no os salpique el caramelo porque quema muchísimo y no queremos acabar en el hospital).
Ponemos la nata (crema de leche) al fuego hasta que hierva, disolvemos la gelatina en ella, echamos la mezcla sobre el sirope y revolvemos.
Cogemos el bol que tenemos en el congelador, echamos la cobertura dentro para bajar la temperatura y lo volvemos a meter en el congelador. Ahora nos toca estar atentos y con el termómetro de cocina comprobar la temperatura del chocolate. Cuando llegue a 20º lo podemos usar.
Solo nos queda el último paso que es bañar los pastelitos con la cobertura que hemos hecho. Los colocamos en una rejilla y con la ayuda de una espátula los vamos cubriendo por encima y por los laterales (no tengáis miedo de que os queden las marcas de la espátula porque gracias a la gelatina esta cobertura es muy flexible).
Cuando acabemos los metemos en la nevera para que la cobertura se endurezca un poco y listo, ¡ya tenemos unos pastelitos deliciosos!
Ahora preparamos un café o un té y a disfrutar.