Ingredientes:
150 gr de mantequilla
150 gr de azúcar
170 gr de miel de caña (puede ser miel común o sirope de arce)
60 gr. de nata (crema de leche) ( crema de leche)
3 cucharaditas de speculoos
1 cucharadita de canela
390 gr de harina común
1 cucharadita de bicarbonato
Preparación:
Ponemos en un cazo la mantequilla, el azúcar y la miel de caña. Calentamos a fuego bajo hasta que se derrita la mantequilla, removiendo bien. Quitamos del fuego e incorporamos la nata (crema de leche) y y por último agregamos las especias. Dejamos templar.
Ponemos en un bol la harina tamizada con el bicarbonato y le añadimos los líquidos. Mezclamos uniendo bien los ingredientes hasta obtener una masa suave y un poco pegajosa. La envolvemos en papel film o plástico y dejamos en la nevera durante 1 hora. Retiramos la masa de la nevera y la dividimos en dos. Ponemos un trozo sobre papel vegetal, cubrimos con otro papel vegetal y extendemos con rodillo, dejandolo de 4 milímetros de espesor. Hacemos lo mismo con el otro trozo de masa, dejamos reposar en la nevera durante 4 horas.
Precalentamos el horno a 200º.
Retiramos la masa de la nevera y cortamos las galletas con las formas que queramos. Las ponemos sobre papel vegetal en una bandeja para horno y cocinamos a 180º durante 8/10 minutos.
Las retiramos del horno y dejamos enfriar.
La masa tiene que estar bien fría a la hora de cocinarlas y los recortes podemos unirlos formando una masa nuevamente, volvemos a estirar y la ponemos en el congelador (freezer) mientras se cocinan las que tenemos en el horno. Cortamos y cocinamos.
Son como las galletas de jengibre y aunque se llaman pepperkaken, no llevan pimienta en su elaboración. Sn típicas de Navidad y por supuesto la casa huele a gloria cuando se cocinan, mmm...
Podemos conservarlas en una lata o en un envase de cristal con tapa, eso si les queda alguna para guardar, ja, ja, ja...
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¡Hasta la próxima!
¡Sean felices!