¿Alguna vez os habéis atrevido con un pollo relleno? Pues por si todavía necesitáis ideas para la cena de mañana o la de reyes, os traemos esta receta de pollo relleno. Aunque pueda imponer algo de respeto, esta receta no presenta gran dificultad y si os gusta cocinar la disfrutaréis, porque toca sacar los guantes e incluso hilo y dedal.
Pero sin duda lo mejor de esta receta es que además de estar buenísima, podemos eliminar bastante estrés el día de la celebración en cuestión teniendo el pollo casi preparado el día anterior. Sea como sea, es además un plato muy vistoso, ideal para muchos comensales y que permite presentar en la mesa una receta de alto copete sin dejarnos el monedero en la carnicería.
¿Qué necesito?
1 pollo entero deshuesado
250 gr de carne picada de vacuno
4 lonchas de bacon ahumado
2 dientes de ajo
2 huevos
2 rebanadas de pan de molde
boletus
1 mozzarela fresca
1 paquete de aceitunas verdes sin hueso
leche
sal
pimienta
Málaga Virgen
mantequilla
aceite de oliva virgen
¿Cómo lo hago?
Ponemos de remojo el pan de molde desmenuzado con un chorro generoso de leche. En un bol mezclamos la carne picada con los boletus, el ajo y el bacon, todo bien picado. Añadimos las aceitunas cortadas en rodajitas y la mozzarela fresca bien troceada. Removemos todo bien y agregamos el pan de molde empapado en leche, volvemos a remover bien e incorporamos un huevo entero y el chorro de Málaga Virgen. Movemos bien todo con ayuda de una cuchara de madera hasta conseguir que se integren bien todos los elementos del relleno y salpimentamos.
Estiramos en la encimera papel y film y colocamos encima el pollo entero deshuesado. Podríamos deshuesarlo nosotros mismos, pero eso triplica la tarea de la receta, así que nosotras solemos pedirle al carnicero que lo deshuese. Eso sí, haced la reserva del pollo con antelación.
Lo primero, es coser con hilo de bramante las posibles aberturas de la parte anterior del pollo para evitar que se nos escape el relleno. Una vez cerrado el pollo por la parte anterior, vamos introduciendo el relleno intentando llegar bien a todos los rincones y presionando para que quede bien prieto.
Una vez introducido en el pollo todo el relleno, procedemos a cerrar la parte posterior del pollo con hilo de bramante. Vamos, que toca ponernos en modo costurero y darle a la aguja lo mejor que podamos.
Colocamos el pollo en una bandeja para horno y lo untamos con mantequilla. Echamos en el fondo de la bandeja un chorro de aceite de oliva y lo asamos en el horno precalentado a 180º durante 50-60 minutos, o incluso puede ser más dependiendo el tamaño del pollo. Durante la cocción, lo regamos con los jugos que suelte el pollo para evitar que quede seco.
Una vez asado el pollo, lo dejamos enfriar. Una buena opción es cocinar el pollo el día anterior a servirlo. Entonces, guardaremos en un bote los jugos que haya soltado el pollo y por otra el propio pollo envuelto en papel filmen la nevera y para que quede bien prensada la carne le colocaremos peso encima, como por ejemplo unos cartones de leche. Al día siguiente, estando el pollo frío, lo cortamos en rodajas y lo calentamos con la salsa que hemos reservado, justo antes del momentos de servirlo. Otra opción sería dejar el pollo relleno listo la víspera y hornearlo el propio día.
Servir con guarnición acompañado de un buen vino tinto y disfrutar de una buena charla familiar.