Esta salsa es muy dulzona, lo que hace que le guste mucho a los niños y puede ser que no tanto a algún mayor, pero la verdad es que a mi me encanta, lo mismo que a todos en casa. Y por cierto, éste es uno de esos platos que para el día siguiente todavía está mucho más bueno, ya que el pollo habrá cogido un sabor muy intenso con la salsa. Y con esto quiero decir... que es también ideal para llevar en túper!
Ingredientes
Un pollo relleno, que puede ser con el relleno que queráis. Yo utilizó este Sannia de Eroski muchas veces, pero también lo podéis comprar entero y lo rellenáis vosotros mismos.
Y para la salsa
1 litro de caldo de pollo (casero o comprado)
1 cebolla
2 manzanas
Un puñado de uvas de Corinto (pasas sin huesecillos)
10-12 ciruelas pasas
unos piñones
Elaboración
Lo primero es preparar la salsa, que tarda un ratito. Pondremos el caldo en una olla mediana.
Mientras se va calentando el caldo, pelamos las manzanas y las incorporamos cortadas en dados pequeños.
Pelamos la cebolla y la echamos también partida en trozos grandes.
Echamos la mitad de las uvas pasas y dejamos que hierva todo a a fuego medio-bajo durante una media hora, tiempo en el que el caldo habrá reducido un poco.
A continuación batimos bien con la batidora de mano, de manera que los ingredientes queden todos integrados en la salsa.
Echamos entonces a la salsa el resto de las uvas, las ciruelas y los piñones y dejamos que siga reduciendo media hora más.
Mientras tanto, con un cuchillo bien afilado vamos haciendo láminas con el pollo de medio dedo de grosor aproximadamente (o más finas si podéis). Las iremos colocando en una olla o una sartén alta.
Cuando la salsa está bien reducida la echaremos al pollo y la pondremos al fuego unos minutos para que el pollo se impregne bien de la salsa. Así quedará listo para servir.
¡Vamos, a la mesa, la comida está lista!