Los careixós son como fresitas silvestres que se encuentran en las orillas de los caminos rodeados de hierbas. Más difíciles de encontrar que las moras, pero cuando menos te lo esperas llegas a casa cargada. Bueno, lo de cargada es un decir, porque con lo pequeñitos que son por muchos que cojas no abultan nada.
Hace unas semanas, sin buscarlos, aparecieron ante mi e ilusionada me puse a cogerlos. Llegué con las manos y brazos llenas de arañazos, pero más feliz que una perdiz con mis careixós aunque no comiera ni el primero. Al igual que con las moras, me gusta más cogerlos que comerlos.
Pensando en los calores, me decidí por hacer unos polos combinando el dulce del chocolate blanco con el ácido de los careixós y el catador oficial quedó más que satisfecho. Le encantaron!!!
INGREDIENTES:
50 gr. de miel
300 gr. de leche
150 gr. de chocolate blanco
120 gr. careixós
PREPARACIÓN:
Calentar la leche con la miel y el chocolate blanco lentamente hasta que se funda. Dejar enfriar y mezclar con los careixós. Rellenar los moldes que escojamos para nuestros polos y al congelador.
Para desmoldar el polo, mojar la base del molde en agua templada y saldrá sin problemas.
Hasta el próximo día!!!