Casi todos los niños hemos batallado con esos envases de plástico de los polines que costaba un montón abrir, que te hacías daño con los rebordes, y es trozo de helado que se nos caía antes de tiempo al suelo y ya nos teníamos que olvidar. O por otro lado, a veces esperábamos a que se deshiciera en el envase y después nos lo bebíamos todo de golpe.
Y es que hay recetas, como estos helados flash o polines, que vienen impregnados de aroma a recuerdos, a momentos felices que disfrutamos en la infancia. Las largas vacaciones de verano, que en mi caso compartía con mi prima pasando unos días ella en mi casa y yo otros días en la de ella. Las horas en la playa cuando nunca querías salir del agua, y tu madre te obligaba a salir al ver que tenías los labios azules.
En casa, cada tarde, cuando volvíamos de la playa mi madre nos compraba un helado flash o Polin en la tienda del barrio, si en aquella época aún era normal ir a comprar a la tienda del barrio, y allí con mi prima nos pasábamos un buen rato decidir que sabor comeríamos ese día. La verdad, es que con los años cambiar de tipo de helado, y parece que estos helados han quedado en el olvido, pero sigue siendo un producto que no ha desaparecido de nuestras tienda, supongo que porque a todos los niños de las diferente generaciones les han gustado.
Por ello, no hay nada mejor que hacer nuestros propios helados flash o polines caseros, lo bueno es que nos permite elegir la fruta que prefiramos, o que más le guste a nuestros niños. Y de esta forma, nuestros niños comen fruta sin quejarse. Al contrario, estarán deseando tomarse su ración diaria.
Así, que no tenéis excusa para no hacer estos riquísimos polos flash o polines caseros, porque además de deliciosa esta receta es muy rápida de preparar!
VIDEO RECETA:
Buen provecho y seguid Disfrutando de la Cocina!
FUENTE: La receta de la felicidad