Receta tradicional de polvorones de avellana
Hoy vuelvo con una receta fácil de nuestra gastronomía mas tradicional, como son estos polvorones de avellana, totalmente deliciosos, que nada tienen que ver y menos envidiar a los industriales. Desde aquí os animo a perder el miedo a preparar este tipo de recetas que tanto tienen que ver con nuestra idiosincrasia.Además podéis ir preparando este tipo de recetas con tiempo, pues se conservan perfectamente durante mínimo un par de semanas en una caja hermética cerrada.
Debo reconocer que estos últimos años he estado un poco perezosa a la hora de meterme de lleno en éstas preparaciones, de hecho desde que mi madre se fue, no había vuelto a preparar polvorones, pero esto mismo ha sido lo que me ha motivado a encender otra vez el horno y preparar todas esas recetas que tanto le gustaban a ella y que esperaban en el recuerdo para volver a hacerlas.
El origen de los polvorones data del siglo XVI, su aparición vino propiciada por el excedente de cereales y de manteca de cerdo en Andalucía, mas concretamente en Estepa o Antequera municipios de los que se cree que proceden, lo que si queda claro descartado es su procedencia musulmana, al ser la manteca uno de sus principales ingredientes.
Si como a mi os gusta preparar la navidad con vuestros propios dulces, aquí os dejo los enlaces de éstos coquitos caseros, o estos otros cordiales murcianos de cabello de angel y almendra, y estos estupendos roscos de vino y cómo no éste turrón de guirlache.
INGREDIENTES:
500 g. Harina de trigo
250 g. Manteca de cerdo
250 g. Azúcar glas
150 g. Avellanas crudas
Canela a gusto
Azúcar glas para decorar
ELABORACIÓN:
Extendemos la harina en una bandeja de horno y tostamos a 160º durante 20 minutos removiendo continuamente para evitar que se queme. Sacamos, tamizamos para evitar los grumos que se forman al secarse la harina y dejamos enfriar.
Tostamos las avellanas a 160º hasta que la piel comience a desprenderse. Dejamos enfriar y con las manos retiramos el resto de pieles que pudiera quedar y trituramos sin llegar a moler del todo, para que al morder sintamos en la boca el crocante. Ambas elaboraciones las podemos dejar realizadas el día anterior.
En un bol ponemos la manteca de cerdo que previamente habremos sacado de la nevera para que esté a temperatura ambiente y la podamos manejar mejor. Añadimos el resto de ingredientes y amasamos hasta conseguir una textura homogénea.
Colocamos la masa entre dos papeles de hornear y extendemos con un rodillo hasta conseguir un grosor de un centímetro y medio o dos. Colocamos la masa extendida en una bandeja y dejamos reposar en la nevera mínimo un par horas.
Sacamos y con un cortador damos la forma elegida a los polvorones. Juntamos los recortes de la masa y volvemos a estirar y cortar hasta terminar con toda.
Horneamos a 170º durante 20 minutos. Sacamos y dejamos enfriar sin mover de la bandeja para evitar que se deshagan. Una vez fríos, y guardamos en una caja hermética.
Espero que estéis disfrutando de este puente, y ahora que parece que llega una ola de frío, os animo a encender el horno con este tipo de elaboraciones, os sorprenderá lo fácil que resultan y lo mucho que lo van a agradecer los vuestros.