En estos casos se prescinden de esencias, polvos o concentrados industriales que le dan ese “sabor a”. En los helados producidos de forma industrial, en lugar de frutas y materias primas de alta calidad, se usan colorantes y esencias de acuerdo al sabor del helado. Además, tienen un porcentaje mayor de aire y se les insufla un 300% más de aire que a los artesanos que tienen en torno al 20%.
Debemos tener presente que todos los helados no son iguales en cuanto a calidad, y esto se puede notar mucho en el sabor y la textura mucho más cremosa. Otra de las características diferenciales de los helados artesanos es que no dan sed, pues no emplean grasas vegetales en su elaboración. Estas grasas son las que al tapar los poros gustativos provocan sed.
La sensación de pesadez también es bastante menor con un helado artesanal, debido a que la cantidad de azúcar es menor y eso hace que sean mucho más ligeros.
La innovación en la producción de helados
Un buen ejemplo de elaboración artesanal son los helados de la Ibensey Bornay, cuyo proceso de fabricación es muy cuidadoso y utiliza materias primas de primera calidad que dan lugar a helados de valor nutritivo. Su equipo de I+D+i (investigación, desarrollo e innovación), siempre está trabajando para lanzar al mercado nuevos productos, también basándose en las intolerancias alimentarias. Una de sus últimas incorporaciones ha sido la creación del primer helado elaborado con aceite de oliva, apto para intolerantes a la lactosa. Su labor en investigación tiene como objetivo que sus productos sean cada vez más saludables.
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