Esta receta es una de las más típicas de esta zona. Es de mi abuela y está buenísima. Es una merienda estupenda.
INGREDIENTES:
- 4 huevos
- 1 vaso de aceite de girasol
- 1 vaso colmado de azúcar
- 1 vaso de leche (sin lactosa)
- 2 sobres de levadura
- ralladura de 2 limones
- harina (la que admita la masa, aproximadamente 800-900g)
- azúcar y canela en polvo (para rebozar)
- aceite de oliva (AOVE) para freír.
ELABORACIÓN:
Primero se rallan los limones. Batimos los huevos en un bol y añadimos el aceite. Seguimos batiendo. Agregamos la leche y mezclamos bien. Añadimos el azúcar, la ralladura de limón y la levadura y mezclamos todo bien con unas varillas.
Vamos añadiendo poco a poco la harina tamizada a la vez que vamos mezclando con unas varillas. Llegará un momento en que será difícil mezclar con las varillas, entonces usaremos las manos y amasamos bien. Dejaremos de echar harina cuando la masa sea manejable con las manos y podamos hacer los roscos bien. Cuidado, no debemos pasarnos con la cantidad de harina, porque los roscos saldrían duros.
Para hacerlos nos mojamos las manos en aceite de girasol. Cogemos trocitos de masa y hacemos bolitas con las manos. Pinchamos un dedo en el centro para abrir el agujero. Vamos abriendo ese agujero un poco y cuando el rosco tenga la forma deseada lo freímos en abundante aceite de oliva limpio y caliente. Freimos a fuego medio, porque si ponemos el fuego muy fuerte, se dorarán por fuera pero quedarán crudos por dentro. Antes de freír los roscos, freímos un trozo de pan o una cáscara de limón en ese aceite para quitarle el sabor fuerte a crudo.
Preparamos un plato con azúcar mezclada con un poquito de canela para rebozar los roscos.
Freímos los roscos y los sacamos sobre papel absorvente e inmediatamente después los pasamos por el azúcar y canela para que se peguen bien, porque si lo hacemos en frío, no quedará bien.
Dejamos enfriar un poco los roscos y listos para comer.