Esta receta se la vi a la famosa Alma Obregón y no pude resistirme a hacerla, ya que es ideal para los amantes del chocolate. Seguro que os encanta.
INGREDIENTES:
Para 3 moldes de 15-20 cm de diámetro:
- 80 ml de aceite de oliva suave (o mitad de oliva y mitad de girasol)
- 250 g de azúcar
- 150 g de harina de trigo
- 50 g de cacao en polvo
- 2 cucharaditas de levadura química
- 2 huevos
- 150 ml de leche
- 100 ml de agua hirviendo
- 50 ml de cognac o baileys (opcional)
Ganaché para rellenar y decorar:
- 500 ml de nata (crema de leche) para montar (más de 35% materia grasa)
- 500 g de chocolate para fundir (54 % cacao )
ELABORACIÓN:
Primero calentamos la nata (crema de leche) hasta que empiece a hervir. Cuando hierva, la echamos encima del chocolate cortado a trocitos y removemos hasta que el chocolate se derrita y la mezcla sea homogénea. La dejamos reposar tapada con un papel film primero a temperatura ambiente y luego en la nevera, para que vaya cogiendo consistencia.
Precalentamos el horno a 180º y engrasamos los moldes con un poco de aceite.
Tamizamos la harina, el cacao y la levadura. Reservamos.
Batimos los huevos y los mezclamos con el azúcar y el aceite y batimos hasta que esté todo bien integrado.
Incorporamos la mezcla de harina y cacao. Mezclamos todo bien con unas varillas.
Una vez la mezcla sea homogénea añadimos la leche, el agua hirviendo y el licor (opcional). Batimos de nuevo.
Pesamos la masa y la repartimos equitativamente entre los 3 moldes.
Horneamos los bizcochos durante 25 minutos o hasta que al pinchar un palito en el centro, éste salga limpio. Dejamos enfriar los bizcochos 15 minutos en su molde y después los desmoldamos y los dejamos enfriar por completo sobre una rejilla.
Una vez los bizcochos están fríos y el ganaché de la nevera tenga una textura similar a la Nocilla o Nutella, vamos a usarlo para rellenar los bizcochos y aplicar una primera capa "sujeta migas".
Introducimos la tarta en la nevera durante , al menos, media hora.
Calentamos el ganaché sobrante al baño María (reservando 1/3 para luego decorar la tarta con manga pastelera). Cuando la tarta esté fría, la sacamos de la nevera y la colocamos sobre una rejilla.
Lentamente echamos el ganaché templado, que estará denso pero líquido.
Una vez cubierta la tarta por completo no la movemos hasta que el ganaché se haya asentado. Entonces la levantamos de la rejilla , la pasamos al plato y la empezamos a decorar con el ganaché que habíamos reservado y la ayuda de una manga pastelera con la boquilla que más nos guste. Yo recomiendo usar una boquilla grande porque el chocolate está más duro que el merengue o la nata (crema de leche) y si la boquilla es demasiado pequeña, cuesta mucho que salga el chocolate bien.
Una vez está a tarta decorada, la volvemos a meter en la nevera hasta el momento de servirla.