Aprovechando que acababa de comprar el aceite H12 de girasol y que tenía una tarde sin nada urgente que hacer (cosa rara, pero ¡bueno!) me puse a preparar estas rosquilletas que os enseño. ¡A ver cuánto duran!
Esta es la primera vez que las voy a hacer con este aceite de girasol. Anteriormente las había hecho con aceite de oliva. Entonces, ¿Qué tiene de especial este aceite? Pues que un aceite de girasol normal tiene poco sabor, sin embargo este aceite huele y sabe a autentica pipa. La razón es que normalmente los aceites de girasol se prensan en caliente para sacar más rendimiento, y utilizan disolventes para este proceso. Sin embargo con el aceite está prensado en frío aunque se obtiene un rendimiento mucho más bajo pero se mantiene intacto el sabor a la pipa. Por eso he probado a hacer esta preparación con pipas para intensificar su sabor.
INGREDIENTES PARA 15 UNIDADES GRANDECITAS:
400 g de harina de trigo
100 ml de aceite de girasol prensado en frío
150 ml de agua tibia
22 g de levadura de panadero (Un cubito)
40 g de pipas peladas crudas
10 g de sal
ELABORACIÓN
En un bol echa el agua tibia, añade la levadura y la disuelves en el agua.
Siempre agua tibia, nunca agua caliente porque la levadura se inactiva. Vierte el aceite de girasol
y lo mezclas. Agrega la harina y la sal, lo amasas un poco.
Amasas hasta que tengas una masa homogénea.Pon un poco de harina en el banco de la cocina y añade las pipas peladas y las mezclas bien.
Sigue amasando enérgicamente, con las manos, durante 10 minutos aproximadamente. Se me ha quedado un olorcito delicioso a pipas en mis manos. Se puede amasar también en el thermomix a velocidad espiga durante 10 minutos.Haces una bola con la masa
y la dejas otra vez en un bol,
tapado con un trapo en un sitio templado durante una hora.
Pasado ese tiempo, le quitas el trapo y verás que ha doblado su tamaño.
Coge un poco de masa y moldea las rosquilletas. Estira un poco de masa hasta conseguir un cilindro fino y largo, lo cortas con un cuchillo en cilindros de unos 10 centímetros de largo y medio centímetro de grosor.
Aplasta el cilindro con los dedos y lo pones en la bandeja del horno sobre papel vegetal.
Puedes darle forma aplastada o redonda. A mí me gusta aplastarlas.
Cuando tengas todas las rosquilletas en la bandeja, con un pincel las pintas con un poco de aceite de girasol de nuevo,
si quieres también puedes espolvorearlas con un poco de sal gorda o en escamas.
Las dejas que reposen unos 7 u 8 minutos y luego las introduces en el horno a 180º durante 30 minutos.
Sácalas del horno y deja que se enfríen antes de comerlas (si puedes esperar).
La cocina olía de maravilla a pipas. Mis ratones fueron apareciendo a hacer visitas cada poquito tiempo y cuando las saqué del horno las tuve que esconder
Cuando se enfríen las puedes guardar en una bolsa de plástico, bien cerrada. Te duraran 2 ó 3 días crujientes.Y ya tienes organizado el almuerzo de tus hijos.
Mi opinión: Han mejorado. De hecho, ni bolsitas ni nada. ¡han volado! y eso que las he hecho grandecitas. Muy ricas. El sabor ha quedado muy muy bueno.