Ruta urbana con Ramón (3) Mi barrio

No quería terminar el año sin publicar alguna entrada, así que he tirado de “borradores” para completar esta ruta que tenía desde hace algún tiempo a medio redactar. Con ella quiero desearos energía y buen humor para afrontar lo que este 2023, que ya está llamando a la puerta, nos depare. Y también quiero agradeceros vuestras visitas a este modesto blog, visitas que ya han superado ampliamente las 125.000 a pesar de mis “intermitencias”. De corazón ¡gracias!



Entre las posibles rutas que mi amigo Ramón tiene preparadas para recorrer nuestra ciudad empapándonos de arte, esta vez yo “barrí para casa” y escogí la que transcurre por mi barrio para inaugurar la temporada de itinerarios urbanos con la Agrupación Amiga del MARCO.

El punto de inicio del paseo lo situamos en el Parque del Castro, a la altura de los antiguos depósitos de aguas cuya fachada, al igual que el resto del entorno, está profusamente decorada.



Uno de los laterales está intervenido en buena parte por la extraordinaria obra de Gory, un veterano artista nacido en Gondomar, todo un maestro del spray.

Algunos de estos graffitis tienen ya bastantes años, pero pese al deterioro propio del paso del tiempo aún conservan cierto esplendor.

Incluso la pista de skate cercana está decorada con diversos grafitis, entre ellos encontramos este firmado por Doctoy.

También próxima, en una pequeña rotonda situada dentro del circuito de bicicletas, encontramos una escultura de Silvino Silva, el que fuera durante casi cuatro décadas el escultor oficial de la ciudad. Una especie de abrazo múltiple tallado en granito y datado en 1995.




Junto al parque infantil descubrimos otra escultura en granito realizada en 1949, “El Oso” del artista vallisoletano José Luis Medina Castro.

Y a escasos metros esta otra maternidad que lleva por título “Cachiño” del escultor Camilo Nogueira, del año 1962.

Antes de abandonar el Castro entraremos un momento en los jardines del Conservatorio Superior de Música para contemplar otras dos esculturas en granito de Silvino Silva. Una de ellas lleva por título “Sinfonía” y la otra representa una maternidad.

Ahora sí, bajamos hasta el entorno de la Plaza de España y nos desviamos un poco hasta el principio de la calle Barcelona, en el número 4 nos detenemos para admirar la preciosa medianera realizada por la artista colombiana Natalia Gallego, más conocida como Gleo, que lleva por título “La sombra”: el cuerpo del alma.



Y ya en plena Plaza de España nos encontramos con un largo y precioso mural en curva que es además uno de mis favoritos. Se titula “Loita” (lucha) y fue creado en 2016 por Xoana Almar y Miguel Peralta, ambos integrantes del colectivo Cestola.

Presidiendo la rotonda de la plaza se alzan majestuosos los “Caballos” de Juan de Oliveira. Nacido en Tuy, escultor autodidacta y de vocación tardía con un amplio conocimiento del mundo equino, se especializó en figuras monumentales de caballos y toros. Este grupo escultórico de 1991, está realizado en bronce y forma una especie de espiral ascendente de casi 20 metros de altura por la que suben cinco grandes caballos, el superior está apoyado en las dos patas traseras en lo alto de la escultura.



Dejamos atrás la Plaza de España y proseguimos nuestro recorrido por la Avenida de Madrid en busca de nuestro siguiente objetivo, pero antes nos tropezamos con varios cierres decorados de locales comerciales, por ejemplo estos que firma el prolífico artista Strudelt.

Y llegamos al siguiente punto de interés marcado en la ruta. En el número 24 de la avenida se sitúa el mural de la ilustradora catalana Marina Capdevila. Ella ha sido la primera en terminar su obra dentro de la campaña de medianeras promovida por el ayuntamiento para este año 2022, y lo ha hecho pintando el lateral de este edificio con su personalísimo estilo. Cuenta la propia Marina que: “buscando saber más de la maravillosa mujer gallega encontré que las mujeres de esta ciudad fueron las primeras de este país que empezaron a salir de sus casas, a reunirse para compartir, para ser escuchadas, para empoderarse creando el Consello Municipal da Muller, hace 25 años. Y así me las imaginé, en una casa, con unas copichuelas intentando arreglar el mundo”.



Cruzamos la Avenida de Madrid para recorrer un tramo de la Bajada a la Salgueira que nos conduce a una zona ajardinada situada a espaldas de la Plaza de Santa Rita. Numerosos grafitis decoran el largo muro del jardín y los bajos de los edificios colindantes, como por ejemplo la intervención conjunta realizada por los artistas
, Esputo, Mina Hamada, Sax y Chep Rodríguez.

Entre los numerosos grafitis que podemos observar en este entorno, reconocemos trabajos como por ejemplo los de Miska.

O del prolífico artista plástico vigués Delio, que comenzó su andadura como grafitero a mediados de los años 90, y que en los últimos años ha desarrollado su carrera profesional entre México y España.

Y también encontramos algunas “joyas” que ya tienen más de dos décadas como los “chipirones” del insigne artista vigués Nano Abia.



Lo cierto es que en toda la manzana hay mucho y variado para detenerse y observar con calma.

Volveremos más tarde al entorno de la Plaza de Santa Rita, pero ahora toca subir por la calle Couto de San Honorato para buscar más murales. En la parte más elevada de la calle giramos a la izquierda para adentrarnos en el Barrio de Ribadavia. Vamos en busca de un precioso mural lleno de color situado al final de la vía central, una obra de David Lorenzo, vecino del barrio. De camino, en la fachada de una pequeña vivienda abandonada, nos encontramos también con un trabajo del artista canario Feoflip que, a pesar del deterioro por el tiempo que lleva pintado (casi una década), aún conserva buena parte de su encanto.





Volvemos sobre nuestros pasos para regresar a la calle Couto de San Honorato, en el número 109 está situado este hermoso mural que es todo un homenaje a la madre naturaleza, realizado en 2019 por Chep Rodríguez Arias, uno de nuestros grafiteros más veteranos.



En la acera de enfrente a este mural se encuentran unas escaleras que conectan Couto de San Honorato con la calle San Roque. Allí, en el número 58, descubrimos la maravillosa obra realizada en 2020 por la ilustradora y diseñadora gráfica Tamara Baz.



Avanzamos en nuestro paseo y al llegar al cruce con la calle Filipinas podemos contemplar el portalón de piedra blasonado de uno de los pazos más antiguos de Vigo, el Pazo de San Roque, construido en 1688.



Regresamos a la Plaza de Santa Rita, presidida por la iglesia de San José Obrero en cuya fachada hay una escultura en granito que representa al santo, obra del escultor Xoan Piñeiro. En la misma plaza podemos ver también una puerta monumental construida en 1780, último vestigio del antiguo Pazo de San Honorato y una capilla del año 1720 ya desaparecidos, pertenecientes al alcalde vigués Miguel de Montes y Castro.

Casi estamos terminando nuestro recorrido pero antes nos vamos a acercar a la recientemente inaugurada Plaza de Miguel Ángel Blanco. Junto al imponente edificio que antes fue el Hospital Xeral y hoy alberga la “Ciudad de la Justicia”, se levanta una escultura en bronce que su autor, el escultor Ramón Conde, ha titulado “Acuerdo justo”.

Y damos por finalizada la ruta en la calle Puerto Rico. El bajo lateral y trasero del edificio situado en el número 15 están decorados por obras de Adrián Cao. Algunas de estas pinturas son del año 2008, y a pesar del tiempo transcurrido aún se conservan en bastante buen estado.










Espero que este recorrido virtual por “mi barrio” os haya resultado entretenido. ¡Nos vemos el año que viene!, ¡Feliz 2023!

Fuente: este post proviene de Marieta, pásame la receta, donde puedes consultar el contenido original.
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