Ni una miguita sobró de esta tarta. Y nos la comimos mi chico y yo solitos, pero es que estaba tan rica... en dos días acabamos con ella.
La hice para mi cumpleaños, el día de verdad, jeje, ya os conté que no hay problema en celebrarlo dos veces!
Bizcocho de chocolate esponjoso, sin nada de almíbar, que en combinación con la suave crema de dulce de leche, hecha con merengue italiano y mantequilla, resulta una tarta deliciosa y nada empalagosa. Te dan ganas de comer un trocito más.
Sobra decir que quedé encantada con mi autoregalo, jeje, Mezclé dos de mis manjares favoritos y acerté a la primera, así que no puedo estar más contenta. Os la recomiento totalmente, yo sin duda la repetiré.
INGREDIENTES:
Bizcochos: (3 moldes de 15 cm.)
110 gr. de aceite suave
150 gr. de azúcar blanco
50 gr. de azúcar moreno
1 cucharadita de vainilla
2 huevos
30 gr. de cacao en polvo
250 ml. de buttermilk (leche con una cucharada de vinagre, removemos y dejamos reposar 15 minutos)
220 gr. de harina
1 cucharadita de bicarbonato
pizca de salCrema:
75 gr. de clara de huevo
50 gr. de agua
150 gr. de azúcar
175 gr. de mantequilla blanda
100 gr. de dulce de leche
PREPARACIÓN:
Empezamos preparando los bizcochos. Engrasamos los moldes y precalentamos el horno a 180º.
Batimos los huevos con los azúcares y la vainilla hasta que doblen volumen. Añadimos el aceite y seguimos batiendo. Tamizamos la harina con el cacao, el bicarbonato y la sal; la integramos al batido anterior en dos veces, intercalando con la buttermilk. Repartimos la masa en los moldes y horneamos unos 20 minutos.
Para la crema preparamos un merengue italiano. Hacemos un almíbar con el azúcar y el agua, mientras vamos montando las claras a punto de nieve. Cuando el almíbar llegue a 117º lo añadimos a las claras muy poco a poco mientras las seguimos montando. Batimos un buen rato hasta que enfríen e incorporamos la mantequilla blanda poco a poco. Seguimos batiendo unos 10 minutos más hasta obtener una crema lisa y esponjosa. Por último añadimos el dulce de leche a cucharadas, mezclando bien hasta que esté integrado.
Montamos la tarta en el plato donde la vayamos a servir. Si hace falta podemos nivelar los bizcochos, yo en este caso no lo hice. Ponemos la crema en una manga con la boquilla escogida, cubrimos el primer bizcocho con ella, colocamos otra capa y así hasta terminar. Servimos a temperatura ambiente.
¿ Apetece?