Tenemos una suerte enorme con ella porque a su edad saca notas estupendas, es muy responsable, muy madura, no es nada caprichosa y es muy dulce y cariñosa, una envidia de niña que poco a poco se va convirtiendo en una gran mujer.
Mi familia vive en Madrid, y todos los años subo a visitarles para celebrar el cumpleaños de mi hermana y el mio al ser en el mismo mes. Este año para mí era especial pues, al descubrir el mundo del fondant en abril del año pasado, no podía dejar pasar la oportunidad de regalarle una tarta, entre otras cosas.
Ella me dijo "Mi color favorito es el azul, quiero que lleve una rosa azul como las que tu haces y mariposas de esas que pones en tus cupcakes y tartas"...
Me hubiese gustado hacerle una tarta mucho más vistosa y más colorida, insertando muchos gustos y hobbies que tiene, para disfrutarla con toda la familia. Pero la pasada semana fue de locos en la oficina donde trabajo, se me juntaron varias cosas personales y no tuve apenas tiempo, así que finalmente solo pude realizar una tarta exprés y sencilla para toda la familia. Al menos, creo, quedó elegante y a ella le fascinó nada más verla.
El bizcocho era un brownie de chocolate, su favorito, lo calé en almíbar de vainilla y lo rellené con frosting de queso que teñí de azul, como la tarta.
Que le gustasen mis regalos para mí fue más que suficiente, pero lo que jamás esperé es que los regalos de mi familia tuviesen tanto valor sentimental para mi. Todos artesanales, pendientes preciosos, un monedero perfecto, dinero que aprovecharé para hacer un curso de Wilton... y mi madre y mi hermana... consiguieron emocionarme. Aquí os enseño dos pruebas de que no es necesario gastarse un montón de dinero para agradar a una persona...
Mi madre consiguió todas las fotos originales de mis publicaciones en este blog, copió y pegó mis historietas, recogió los comentarios más significativos, decoró con dibujos y viñetas... Y transformó mi dulce proyecto en un libro precioso para que pudiese tenerlo de recuerdo toda la vida. Las últimas páginas contienen una dedicatoria preciosa donde me recuerda que he superado una meta más y que el final del camino no es la perfección, ésta no existe...
Y si creía que no podía haber regalo mejor... entonces mi hermana apareció con una caja cualquiera, en la que había pegado un montón de fotos nuestras para decorarla, dentro... una carta preciosa, llena de admiración y ternura, y este delantal que ella solita ha tejido a punto de cruz en sus ratitos libres, la cenefa, las letras, el cupcake!!! Es una artista!!! Si ya hace estas cosas y pinta cuadros preciosos con tan solo 15 años... miedo me da que será capaz de alcanzar en un futuro... Menuda trabajazo se pegaron ambas!!!
Solo me queda agradecer a la vida tener una familia tan maravillosa, y pedir perdón por haber estado tan ocupada últimamente que no he podido verles ni hablar con ellas tanto como me hubiese gustado, así que desde aquí prometo poner remedio a esto. Os quiero mucho!!
Y a vosotros que me leéis siempre, agradeceros una vez más, el estar siempre aquí. ¡Un fuerte abrazo!