Montones de piezas de colores, unas encima de otras, y un operario que está trabajando en la colocación de las mismas. Con su cartel de obras que dice "Prohibido pasar, estamos trabajando" y los conos de señalización ... en fin, pequeños detallitos que hicieron las delicias de todos.
El bizcocho no podía ser de otra manera que de chocolate, ¡requisito indispensable! El relleno en dos cortes, uno de crema de vainilla, que aportaba suavidad y otro de mermelada de cereza que daba frescor, humedad y ligereza al bizcocho. Todo ello cubierto de una suave ganaché de chocolate con leche. En resumen, una combinación perfecta. La decoración superior: las piezas y muñecos realizadas en fondant.
Fue una sorpresa el tema de la tarta para él, pues llevaba toda la semana preguntándome de qué se la iba a hacer. Su hermana y yo hemos jugado con él al despiste y le íbamos dando pistas falsas para que no supiera cual iba a ser finalmente el tema. Ha sido divertida y laboriosa pues como no tengo moldes de las piezas de Lego, he tenido que medir, cortar y comprobar que se ajustaba todo, un poco a ojo; en fin, ¡la madre también jugando a las construcciones!, ja,ja,ja, Y este ha sido el resultado...
Querido hijo, quiero desearte toda la felicidad del mundo, que no sólo hoy disfrutes de éste día, si no que éste, sea uno de otros muchos más, felices y mejores. Te deseo montones de risas y carcajadas, de brillos en los ojos y de alegría, de juegos, de amigos, de palabras cálidas, de música y de simpatía. De mariposas en el estómago, de dulces fantasías, de amor, de luz y de poesía.
¡Muchas felicidades hijo! TE QUIERO.
Saludos
María José
¡Y no os olvidéis de poner un dulce en vuestra vida!