Ingredientes
3 patatas grandes
1/2 cebolla
4 huevos (L)
Sal
Aceite de oliva virgen extra
Pelamos y lavamos las patatas; las cortamos en rodajas, que no sean demasiado finas. Ponemos a calentar el aceite en una sartén, a fuego medio-alto.
Picamos la cebolla, yo suelo hacerlo muy pequeño, pero podéis cortarla en juliana.
Cuando el aceite esté caliente, incorporamos las patatas. Dejamos a fuego medio durante 15-20 minutos; más o menos a la mitad del tiempo, añadimos la cebolla , ya que necesita menos tiempo y así evitamos que se nos queme.
Una vez que tengamos las patatas y la cebolla, las dejamos escurrir sobre un colador, para que suelten el exceso de aceite.
Mientras vamos batiendo los huevos con un poco de sal.
Incorporamos las patatas y mezclamos bien. Es el momento de probar y rectificar de sal.
Para cuajarla, ponemos un poquito de aceite en una sartén a fuego alto. Echamos la mezcla, bajamos el fuego a medio-alto y vamos moviendo la sartén con movimientos circulares para que no se nos pegue. Cuando veamos que los bordes empiezan a cuajarse, la voltemos, con un plato llano, una tapadera o un vuelca tortillas.
Ponemos otro poquito de aceite en la sartén antes de volver a echar la tortilla "del plato" a la sartén, y repetimos el proceso de movimientos circulares.
En este punto, tal y como os comentaba en la tortilla de calbacín, dependiendo de si la queremos jugosa o un poco más hecha, la dejaremos más o menos tiempo.
En casa nos gustan más bien jugosas, así que con un par de minutos más es suficiente.
Nota: para que os hagáis una idea de como pongo el fuego, mi cocina va del 1-9. Empiezo con el aceite al 7-7"5 y cuando incorporo las patatas, bajo al 3"5-4. Las suelo cuajar al 6.