La navidad ya está aquí, las calles están decoradas, ya tenemos los árboles y belenes montados, nos hemos lanzado a las calles a comprar regalos para todos pero a mí me falta algo y es que en mi casa no es navidad hasta que no se empieza la primera tableta de turrón de Suchard.
Antes esto era lo normal, pero con la emigración llegaron los problemas, ¡no hay turrón en el supermercado!
La solución: hazlo tu misma. Y en esas estamos. ¿Vamos al lío?
¿Qué necesito?
250 gr de chocolate con leche
100 gr de chocolate negro para postres
70 gr de mantequilla
15 gr de almendras
15 gr de avellanas
30 gr de arroz inflado (si usáis Choco Krispies, 40 gr)
¿Cómo lo hago?
Para empezar, derretimos la mantequilla en un cazo y reservamos.
Mientras la mantequilla se derrite, con una picadora, picamos bien las almendras y las avellanas y reservamos también. Otra opción es comprar el chocolate con leche con almendras y con avellanas. En ese caso, nos saltaríamos este paso.
En tercer lugar, con ayuda de un cuchillo, picamos el arroz inflado. Lo hacemos con cuchillo porque con la picadora se convertiría en polvo y necesitamos trocitos. Para el turrón podéis usar arroz inflado pero si no lo encontráis, los Choco Krispies quedan perfectos y si son los chocolateados, mejor que mejor.
Ahora que tenemos todos los ingredientes listos, ponemos un cazo a calentar al baño maría. En el colocamos los chocolates troceados (si encontráis el chocolate con leche para postre, perfecto. Es una verdad universal que cuanto mejor sea el chocolate, más bueno estará el turrón). Revolvemos bien hasta que se mezclen perfectamente.
Una vez estén completamente derretidos, añadimos la mantequilla que habíamos reservado y seguimos revolviendo hasta que tengamos una masa homogénea. Por último, echamos las almendras, las avellanas y el arroz inflado que habíamos picado. Revolvemos bien.
Vertemos la masa en un molde para turrón (si no tenéis uno, como es mi caso, podéis usar un molde para bizcocho o un táper, lo importante es que tenga forma rectangular). Nivelamos bien el chocolate dentro del molde con ayuda de una espátula para que quede liso y repartido uniformemente y cuando lo tengamos movemos un poco el molde para que todo el chocolate baje y no queden huecos.
Lo dejamos a temperatura ambiente hasta que se enfríe y después lo metemos en la nevera, tapado con papel film, durante dos o tres horas. Es importante no dejarlo mucho tiempo en la nevera para que no se ponga blanquecino.
Una vez listo solo queda cortarlo y devorarlo.
¡Que empiece la navidad!