Ella es mi abuela Ana.
Como muchos de nuestros abuelos, que vivieron épocas muy complicadas, su memoria está cargada de historias y recuerdos con los que podría escribirse una novela. Mi abuela es extremeña, aunque vive en Zamora desde que era muy jovencita. Allí fue cocinera, en la casa de "un señor importante" y además de conquistar con su toque mágico en la cocina los estómagos de los invitados que allí se alojaban, con su sencillez supo conquistar también el cariño y el aprecio de las personas para las que trabajaba. Ella es todo un ejemplo de mujer luchadora y trabajadora. Y lo sigue siendo porque a día de hoy, sigue luchando.
Podría contaros cientos de anécdotas sobre ella, pero, he de volver a las empanadillas. Como os decía antes, uno de los acontecimientos que más disfrutaba en la cocina de mi abuela cuando era pequeña, era el momento en que hacía la masa de las empanadillas. El sutil olor del aceite y el vino blanco mezclándose con la harina se me ha quedado grabado en ese archivo de olores que todos tenemos escondido en algún rincón de la cocorota, y cada vez que preparo esta receta, inspiro profundamente el aroma para volver, por unos segundos, a aquel momento mágico en que mis ojos de niña observaban cómo mi abuela mezclaba todos los ingredientes y creaba una bola de masa gigante que me dejaba manosear durante un buen rato.
Si fuera mi abuela la que tuviera que daros los ingredientes de esta receta, os lo pondría así: "le pones un vaso aceite, un vaso vino, la sal y harina la que pida". Jajaja! Genial, verdad? y es que, cómo narices hacían antes las abuelas para compartir recetas? En fin, yo he tratado de traducir estas cantidades a unidades de medida de las que utilizamos ahora ;-), y así puedo compartir aquí con vosotros las empanadillas de mi vida!
Vivan todas las abuelas!
En primer plano, empanadillas fritas. Al fondo, empanadillas horneadas.
MASA PARA EMPANADILLAS CASERAS
Ingredientes (para 16-18 empanadillas):
150 ml. de vino blanco
125 ml. de aceite de oliva
350 gr. de harina normal (aproximadamente*)
1 cucharadita de sal
Elaboración:
Mezclamos el aceite, la sal y el vino blanco y lo calentamos en el microondas a media potencia o en un cazo al fuego, hasta que esté templado.
Ponemos la harina en un bol, hacemos un agujero en el centro y añadimos la mezcla anterior.
Removemos con una cuchara de madera y cuando tengamos una masa manejable, volcamos el contenido sobre la superfície (limpia y enharinada) y comenzamos a trabajar la masa durante unos minutos hasta que esté bien todo bien mezclado y homogéneo.
*La cantidad de harina es aproximada, puesto que no todas las harinas absorben los líquidos por igual, por ello, si en este punto la masa aún se pega a las manos, debemos añadir un poco más de harina hasta que deje de hacerlo. En cambio, si la masa resultase muy dura, podemos humedecerla con unas gotas de agua tibia para hacerla más manejable y elástica.
Hacemos una bola de masa y la dejamos reposar en el bol tapada con un paño limpio o film de cocina durante unos 5-10 minutos.
Ponemos la masa de nuevo en la superficie de trabajo y con ayuda del rodillo la estiramos hasta que quede del grosos que nos interese.
Con ayuda de un cortador redondo, o como hacía mi abuela, con un bol grande de desayuno, vamos cortando varios círculos en la masa, retirando la masa sobrante con la que haremos una nueva bola y repetitremos los pasos xxxx hasta finalizar toda la masa.
A continuación, pondremos el relleno que queramos (atún con tomate, jamón y queso, carne picada, pollo con pimientos...) en mi caso fue de Pisto (receta próximamente, prometido!) en el interior de cada círculo y doblamos por la mitad, sellando los bordes con ayuda de un tenedor o con los dedos.
Por último, podemos optar por hornear o freir las empanadillas.
Horno: a 180º durante unos 15-20 minutos aproximadamente, hasta que estén doradas. Opcional: pintar la superficie de las empanadillas con huevo batido si quieremos que queden brillantes.
Freidora o Sartén: 2-3 minutos en abundante aceite caliente.
A tener en cuenta:
Si deseamos que el cocinado sea más ligero, es mejor optar por hornear las empanadillas, ya que durante el proceso de fritura la masa absorve aceite, incrementando el valor calórico de la receta. Yo he hecho las dos versiones, para que veáis cómo quedan. Dicho esto, mi abuela siempre las freía, y estaban de miedo.
Cuidado con las cantidades de relleno que le ponéis que luego no hay quien cierre las empanadillas! Yo me ayudo con una cucharita de postre para guiarme y así no me paso!
Esperamos vuestros comentarios, y si tenéis cualquier consulta o queréis enviarnos vuestra propia versión de esta receta, fotografías o mejoras, podéis hacerlo aquí, nos encantará recibirlas y publicarlas en nuestra sección "Vuestras Fotos"!
Si queréis recibir nuestras recetas "Guta Mamá" en vuestro email, sólo tenéis que suscribiros aquí.
Gracias por vuestro tiempo y hasta la próxima receta!