Para tener una despensa en condiciones, no hace falta tener un gran espacio. Basta con un armario, un mueble o una vitrina para que lo tengas todo bien colocadito y a mano.
Antes de organizar tu despensa, se debe limpiar el lugar destinado a ello. Puedes limpiarla simplemente con agua y un poco de detergente de los platos o, si está algo más sucia con un poco de desinfectante o desengrasante. De esta manera quedará totalmente lista para que empieces a guardar los alimentos. Te recomiendo que leas mi post sobre consejos de limpieza, clicando aqui.
¿Cuántas veces has dado vueltas por la despensa buscando un ingrediente y
te desesperas porque no lo encuentras o no recuerdas dónde está?
Una despensa ordenada te facilita el día a día en tu cocina y evita acumular productos que caduquen y, con ello, gastes más de la cuenta.
Sigue estos 10 consejos para organizar tu despensa y gana comodidad, tiempo y dinero:
1.- Temperatura y ventilación: La despensa debe ser un lugar fresco y seco, preferentemente oscuro, que no tenga muchos cambios de temperatura (la ideal es de unos 10 a 20°C). Renovar el aire es básico. Si tu despensa es una estancia y no tienes ventilación natural, instala un pequeño ventilador extractor (similar al del baño).
2.- No juegues al escondite: Asegúrate de que las baldas de tu despensa estén bien iluminadas para ver su contenido. No hay nada peor que ir a buscar un ingrediente y no ver con claridad dónde está y si está.
3.- Agrupa los alimentos: El orden es muy esencial es una despensa. Los frascos más comunes como el de la sal y el azúcar deben estar a mano. Agrupa las comidas por tipo, como por ejemplo, las especias juntas, los botes de salsa, las legumbres, las pastas y las botellas según el tipo de líquido. De este modo, te facilitarás el encontrarlos.
Ojo: Nunca rellenes un tarro que aún tenga producto anterior.
Su fecha de caducidad es diferente.
4.- A cada uno, su sitio: Pon los alimentos que más usas (por lo general especias, harinas, arroces, pastas, azúcares…) en la parte central de la despensa, la que te queda a la altura de los ojos. Pon en la parte más baja, lo que más pesa, por ejemplo: botellas, leches, aguas…. Crea una zona con cajones de madera o cestas de fibra para patatas, cebollas… Y, reserva los estantes superiores para lo que pesa poco y lo más pequeño (latas, conservas…)
5.- Ordena y etiqueta: Cuando abras un paquete, pasa el contenido a un bote hermético de cristal (los de plástico pueden ser tóxicos). Etiqueta cada uno de ellos con el nombre de su contenido – sobre todo si su contenido no es visible o puede dar lugar a confusión, como la sal y el azúcar o la harina y la maicena, por ejemplo – y procura que todos los botes sean (más o menos) iguales. De ese modo, ganarás orden. Básicamente, necesitas 3 tamaños (grandes para pastas; medianos para harinas o azúcar; pequeños para frutos secos, sal…). Ojo: Nunca rellenes un tarro que aún tenga producto anterior. Su fecha de caducidad es diferente.
6.- No almacenes más de la cuenta: Ten, de cada producto, un paquete abierto y otro por abrir. Cada vez que abras un paquete, sabes que has de reponerlo. De este modo, no tirarás nunca nada. Si acumulas más puede que se acabe caducando.
7.- Consume primero lo viejo: Para ello, pon lo nuevo, lo que acabas de comprar detrás y delante lo que tienes empezado y/o lo que caduca antes. Deshazte de los productos caducados o que llevan mucho tiempo abiertos. En la cocina hay ingredientes que sencillamente ya caducaron, o bien que, aunque no lo estén, llevan tanto tiempo abiertos que se han estropeado o se han ranciado. No los mantengas como objeto de “adorno” o para un “por si acaso” ya que se convierten más en un estorbo que otra cosa y sólo nos ocupan espacio. Además, si están en mal estado pueden resultar peligrosos para nuestra salud. Comienza por un día de limpieza y después vuelve a acomodar el resto de los productos. Sé constante: Aunque sea un pequeño esfuerzo, este hábito te ayuda a no malgastar.
8.- Haz siempre la lista de la compra: Así no te olvidarás nada de lo que necesitas reponer en tu despensa. Pero para ello es básico saber qué Menús vas a poner cada día en tu mesa. Esta Plantilla de Planificación Semanal para tus comidas y cenas, te será muy útil. Descárgatela clicando aqui encima.
9.- Alimentos refrigerados: Tu frigorífico es otro lugar que debe estar perfectamente bien ordenado, para que no se te queden productos fuera del alcance de tu vista, se caduquen y se te echen a perder. Presta atención y tira a la basura los alimentos que veas en mal estado.
10.- Vegetales sin refrigeración: Usa una cesta para estos ingredientes, por lo general son alimentos que no precisan frío y suelen usarse con mayor frecuencia, como: patatas, cebollas, ajos y algunas frutas que, sobre todo en invierno no requieren estar en el frigorífico como por ejemplo, plátanos, naranjas, etc. Ponlo cerca de tu área para cocinar, en un lugar ventilado y fresco.
Cocinar de forma eficiente, es decir, en el menor tiempo posible y con la menor de las complicaciones, no solo tiene que ver con la receta o Menú a preparar, sino también con la forma en que organizas los productos en tu despensa, frigorífico y congelador.
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