Esta receta malagueña típica de Cuaresma podríamos incluirla en las de aprovechamiento ya que antiguamente se utilizaban los garbanzos y las patatas sobrantes de un puchero. Es uno de los platos que no se deberían perder ya que estas albóndigas son una verdadera exquisitez por su suavidad y sabor. Merece la pena meterse en la cocina una tarde para prepararlas en casa, os las recomiendo.
Ingredientes:
2 patatas
350 gr de bacalao desalado
300 gr de garbanzos cocidos
6 dientes de ajo
1 cebolleta
2 huevos
pan rallado
Harina
un puñadito de almendras
pan "asentao"
Azafrán en hebras
caldo de pescado
Aceite de oliva virgen extra
Aceite de oliva suave para freir
Sal
Pimienta negra molida
Comenzamos cociendo las patatas. Esperamos que se enfríen, las pelamos y machacamos con un tenedor. Les añadimos un poco de sal y pimienta negra molida.
Los garbanzos también los machacamos y los ponemos en un recipiente junto con las patatas.
Cortamos muy finamente la cebolleta y 3 dientes de ajo, los pochamos en una sartén con un poco de aceite de oliva.
Los añadimos junto con el resto de los ingredientes y el bacalao cortado finamente.
Batimos los huevos y los ponemos en la mezcla. Agregamos poco a poco el pan rallado sin dejar de remover. Debe quedar una masa que podamos trabajar para hacer las albóndigas.
Hacemos las albóndigas y las pasamos por harina.
Las freímos en abundante aceite caliente.
Colocamos las albóndigas en una sartén.
Freímos 3 dientes de ajo, las almendras y el pan "asentao". Hacemos un "majaíllo" añadiendo el azafrán.
Echamos en la sartén el "majaíllo" y el caldo de pescado. Dejamos hervir unos minutos a fuego muy suave para que no se nos rompan las albóndigas.
Servimos bien calientes y si nos gusta, podemos espolvorear un poco de perejil picado.