En mi opinión, la vida es una celebración constante y cada día que vivimos junto a los que más queremos es el mejor de los regalos. Por este motivo me gusta intentar hacer de cada momento algo especial, y unas de mis maneras de hacerlo es a través de la cocina que, como dice mi amiga Lourdes en su blog, es un acto de amor.
Y como muestra de amor para vuestra celebración de San Valentín o de "No San Valentín" os traigo este romántico y precioso aperitivo que acompañado de un buen vino, cóctel o cava, será la introducción perfecta para una cena inolvidable.
Y además, Con esta receta participo en el Reto de San Valentín de la comunidad g+ Kericocom en el apartado de Salado.
PATATAS FRITAS ESPECIALES
Para 2 personas:
1 patata mediana; Hojas de salvia fresca;
Sal Maldon; Aceite de oliva virgen extra.
Podéis encontrar Salvia fresca en Verdecora, aunque yo esta la compré en Aldi. Si no la encontráis,
siempre se puede sustituir por Albahaca fresca.
Pelamos bien la patata y la lavamos. Con un cuchillo muy, muy afilado cortamos rodajas muy finas.
Lavamos bien las hojas de salvia y las secamos con papel de cocina. Ponemos una hoja de salvia en el centro de una de las rodajas de patata y cubrimos con otra rodaja, presionando bien por los bordes para que se peguen bien y no se separen al freír.
Es importante que antes de freír las patatas, pongamos estas entre dos hojas de papel absorbente y presionemos bien para sacar la humedad y a la vez, hacer que se peguen mejor.
Ponemos abundante aceite en una sartén y dejamos calentar. Freiremos nuestras patatas a inmersión, de este modo, evitaremos que nos queden muy grasientas, pero para ello es necesario que el aceite esté bien caliente. Para saberlo hay un truco que no falla. Basta con meter un palillo en el aceite, si salen burbujitas, nuestro aceite estará en su punto, si no, habrá que esperar un poco más.
Freiremos las patatas durante cinco minutos a fuego fuerte, al ser tan finas, se fríen rápido y no es necesario que se hagan por dentro. Cuando empiecen a dorarse, las sacamos con mucho cuidado y dejamos escurrir el exceso de aceite sobre un plato cubierto con papel de cocina. Servimos en el plato elegido y espolvoreamos con sal Maldon.
Como véis el resultado es sorprendente. Quedan preciosas y además, la salvia le da un toque a la patata riquísimo.
Lo mejor de todo es que es una receta económica y sencilla, porque en una cena romántica no podemos permitirnos no salir de la cocina, ¿no os parece?
¡Feliz San Valentín! ( o no...)