Muchas veces nos levantamos por la mañana con un ojo abierto y otro medio cerrado y buscamos el momento de tomarnos un buen café. Algunos lo hacemos por placer y otros casi por necesidad, para que les ayude a despejarse. Lo que está claro es que a cada uno nos gusta de una manera: solo, con leche, descafeinado, carajillo, con más o menos azúcar, con sacarina o incluso sin nada, bien amarguito para notar todo su sabor. Pues aquí tenéis una manera diferente de tomarlo…y es que sabe a café, café.
No podía decidir qué fotografía elegir para enseñaros la receta…
Visto desde arriba
Visto de lado
Visto cortado por la mitad
Visto de frente
Buf! de todas las maneras me parece irresistible. Yo ya lo he probado y tú ¿a qué esperas? A nadie le amarga un dulce…
INGREDIENTES
160 gr. mantequilla a temperatura ambiente
120 gr. de azúcar moreno
110 gr. de harina
un sobre de levadura
1 huevo
60 ml de leche ( yo utilicé leche de avena)
60 ml. de café ( quien prefiera que lo utilice descafeinado)
un poco de canela
frutos secos al gusto
2 o 3 cucharadas de miel.
ELABORACIÓN
Precalentar el horno a 170º.
Batir la mantequilla en pomada con el azúcar.
Añadir el huevo y mezclar.
Añadir la harina, la levadura y la canela tamizadas y mezclar bien.
Por último, añadimos la leche y el café y mezclamos.
Volcar en un molde de unos 15cm. forrado con papel de hornear (yo lo hice en moldes individuales).
Hornear entre 40-50 minutos, dependiendo de hornos. Pinchar con un palillo para comprobar la cocción.
Mientras se enfría el bizcocho, tostamos un poco los frutos secos en una sartén. Añadimos las cucharadas de miel y le damos un par de vueltas para que se impregnen bien los frutos secos.Retiramos.
Desmoldamos el bizcocho y echamos la mezcla de frutos secos y miel por encima.
Servir
Notas
Si utilizamos moldes individuales el tiempo de cocción variará, será menor.