Es curioso, de un tiempo a esta parte cada vez más conozco gente que tiene alguna intolerancia alimentaria. Hasta ahora yo solo conocía la intolerancia al gluten, pero desde que a mi amiga Irene le detectaron una serie de alergias alimentarias compruebo que es más habitual de lo que pensamos.
A Irene, al principio le dijeron que era intolerante a la lactosa, pero después de muchas pruebas, análisis y consultas con diversos especialistas, le ha diagnosticado un sinfín de alergias e intolerancias. La lista es tan larga que se tarda menos en decir lo que puede comer , que lo que no.
Como yo acostumbro a llevar algún dulce al cole, al principio sustituía la leche por preparados sin lactosa, pero desde que le detectaron tantos ingredientes prohibidos, ella no puede probar nada de lo que hago.
Ayer, decidimos hacer en casa un "taller" de dulces, con los ingredientes permitidos. Son ingredientes caros y a veces, los resultados no son tan satisfactorios como los de un postre "normal", pero con ilusión y algo de cachondeo conseguimos un bizcocho muy rico, que le da opcion a ella a poder comer alguna cosa dulce.
El principal problema con las masas, es que solo puede usar harina de espelta (por ahora es la única que le permiten), que es una harina más "basta" y gruesa y al no tener gluten, deja más compactas en las preparaciones. Otro inconveniente es que solo puede endulzar con sirope de ágave, de consistencia parecida a la miel (algo más ligero) pero que no endulza igual.
Pues con estas limitaciones, nos pusimos manos a la obra y esto es lo que conseguimos.
Os dejo la receta con los ingredientes que usamos, pero podéis hacer este bizcocho con los ingredientes que uséis habitualmente.
INGREDIENTES:
300 gr de harina de espelta.
5 huevos.
1 sobre de levadura química marca hacendado (no tiene gluten)
250 gr de sirope de ágave
2 cucharadas soperas de canela en polvo.
Ralladura de limón.
120 gr de aceite de oliva suave.
100 gr de nueces troceadas.
PREPARACIÓN:
Lo primero que haremos es triturar un poco la harina para quitarle grosor, 40 segundos a velocidad progresiva 8-10. Así de paso, la tamizamos.
Añadimos los huevos, el sirope de ágave, la canela, la ralladura de limón y el aceite y lo mezclamos todo 20 segundos a velocidad 4.
Agregamos la levadura y volvemos a mezclar 10 segundos a velocidad 4.
Por último incorporamos las nueces troceadas y mezclamos con la espátula.
Vertemos la mezcla sobre un molde engrasado y horneamos 40 minutos a 180º, con calor arriba y abajo y ventilador. A los 20 minutos, lo tapamos con papel de aluminio para que no se tueste mucho.
Dejamos enfriar antes de desmoldar.
Podemos sustituir los ingredientes "especiales" por los que usamos normalmente, es decir harina de trigo y azúcar. En las mismas proporciones
Primero vamos a triturar un poco la harina para hacerla más fina.
Agregamos los huevos.
El sirope de ágave.
La canela.
La ralladura de limón.
Y el aceite de oliva. Ahora mezclamos todo muy bien.
Añadimos la levadura química, mi amiga solo puede usar la de marca hacendado, la de marca Royal tiene trazas de gluten.
Y por último incorporamos las nueces troceadas y mezclamos con una espátula.
Lo ponemos en un molde engrasado, nosotras usamos uno de silicona. Lo horneamos 40 minutos, para comprobar si está hecho, pinchamos con un palillo.
Y aquí está nuestro bizcocho de espelta.
A pesar de la harina, subió bastante y quedo muy esponjoso.
¿Véis la miga? Es más oscura, pero quedó muy bien. No es un bizcocho para los muy golosos, no está excesivamente dulce.
Y esto fue una prueba, lo pusimos en un molde de muffins y salió así de bonito.
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Fuente: este post proviene de Tapitas y postres, donde puedes consultar el contenido original.
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