Hoy os traigo una receta de un bizcocho perfecto para el desayuno.
Muy fácil de hacer, sin ningún tipo de complicación, pero con un resultado increíble. Una textura muy suave y tierna, y a la vez muy jugoso, y con un toque justo de dulzor.
INGREDIENTES
4 huevos medianos a temperatura ambiente
50gr. de mantequilla pomada
400gr. de leche condensada (un bote pequeño)
120gr. de harina
6gr. de levadura tipo Royal
Precalentamos el horno a 180ºC calor arriba y abajo, sin ventilador.
Preparamos nuestro molde, forrándolo si hace falta, y aceitándolo. Yo he utilizado un molde tipo plumcake, pero también quedaría fenomenal en un molde redondo de 20cm.
En nuestra batidora echamos los huevos y la mantequilla, y batimos hasta conseguir una cremita. Hay un momento en el que parece que se corta, pero seguimos batiendo.
Sin dejar de batir, añadimos la leche condensada en un hilo, y seguimos batiendo.
Bajamos la velocidad y añadimos la harina y la levadura, previamente tamizada. Este paso podemos hacerlo con espátula a mano.
Echamos en el molde, y lo llevamos al horno unos 45 minutos.
Si vemos que se nos empieza a tostar demasiado, podemos taparlo con un poco de papel de cocina y aluminio.
Y ya sabéis, que el tiempo de horno es orientativo. Metéis un palillo y si sale limpio ya estaría hecho, sino le dejáis unos 10 minutos más.
Sacamos del horno, y lo ponemos sobre una rejilla, A los 10 minutos lo desmoldamos y dejamos enfriar.
Espolvoreamos con azúcar glass, y listo.
Mirad que corte,
A disfrutarlo.
Si lo hacéis ya me contáis que os ha parecido.
Besos