Sencillo de preparar, como la mayoría de los bizcochos, y con ingredientes de los que solemos tener en la despensa, nada sofisticados, así que es de esas recetas que no tienes ni siquiera necesidad de "programar", estás tranquilamente en casa, te apetece algo dulce y sobre la marcha lo preparas y sobre la misma marcha te lo zampas, como se suele decir, este bizcocho dura menos que un caramelo a la puerta de un colegio.
Su aspecto es así un poco rústico y lo hagas como la hagas, siempre le sale algún que otro agujero por el que se dejan ver los trocitos de manzana que lleva, no es el bizcocho perfecto en cuanto a aspecto, pero sí lo es en cuanto a sabor que, al fin y al cabo, es lo que importa. En fin, que es un bizcocho al que le puedo poner infinitos adjetivos calificativos, fresco, húmedo, suave, jugoso, esponjoso ... y todavía me quedo corta, no te haces una idea de lo bueno que está hasta que lo pruebas.
Venga, vamos con la receta, si te pones ahora manos a la obra lo podrás disfrutar para la merienda.
TIPS:
Molde: redondo de 20 cm de diámetro
Temperatura del horno: 170ºC con calor arriba y abajoINGREDIENTES (todos a temperatura ambiente):
200 g de manzanas Golden
200 g de azúcar
la ralladura y el zumo de una naranja
150 g de mantequilla sin sal
2 huevos M
100 g de harina
10 g de levadura en polvo tipo Royal
100 g de almendra molidaMODO DE PREPARACIÓN:
Precalentamos el horno y engrasamos o forramos con papel vegetal el molde.
Pelamos, descorazonamos y cortamos en dados las manzanas.
En un bol ponemos a macerar durante 1 hora los trocitos de manzana, la ralladura + el zumo de naranja y 50 g de azúcar.
Batimos la mantequilla con los otros 150 g de azúcar hasta que blanquee.
Añadimos los huevos uno a uno y seguimos batiendo.
Incorporamos, a cucharadas y sin dejar de batir, la almendra, la harina y la levadura tamizadas.
Escurrimos los trozos de manzana e incorporamos a la mezcla con movimientos envolventes.
Vertemos en el molde y horneamos, sobre la rejilla y en la parte baja del horno, durante 50-60 minutos (dependiendo del horno) o hasta que el tester de bizcochos salga limpio.
Una vez que comprobemos que el bizcocho está bien cocido lo sacamos del horno, dejamos templar y lo desmoldamos con cuidado, dejándolo enfriar por completo sobre una rejilla.
Resultado ..., un bizcocho exquisito que estoy segura vas a repetir una y otra vez.