Hacia tiempo que no preparaba un buen bizcocho, con lo que me gustan a mi, y ya era hora de preparar uno que perfumara con su aroma mientras se hornea toda la casa.
Por que verdad que pocos olores hay mas buenos que cuando se hornea un bizcocho? Como mucho cuando se hornean galletas, que tiene que andar a la par.
Pues eso, que hoy toca bizcocho y de verdad que os va a encantar.
Pedazo de bizcocho de queso el que vamos a preparar con esta receta. Pero los que no les haga mucha gracia el queso, no os asustéis, que sabe a queso pero no un sabor super intenso. Vamos que mis hijos no les gusta nada el queso y sin decirles que el bizcocho lo llevaba, no veáis como lo devoraban. Ya después cuando se lo dices , sabéis lo que pasa....
El caso que queda un bizcocho altito, muy jugoso y con un saborcito espectacular. Vamos de los muy recomendados para preparar en cualquier momento del año, pero muy especialmente esas tardes de lluvia y frío que apetece muchisimo encender el horno.
Esos días lo encendéis para preparar este bizcochón y preparáis unos chocolatitos calentitos y estáis de lo mas cercano al paraiso dulcero que se puede estar.
No me enrollo mas con mis metáforas y mis historias que seguro que lo que mas os interesa es que os de la receta para poder prepararlo, verdad?
Bizcocho de queso
Ingredientes:
320gr. de harina normal
4 huevos
250gr. de queso tipo Philadelphia
200ml. de nata (crema de leche) para montar (crema de leche)
200gr. de azúcar
1 sobre de levadura química tipo Royal (14gr.)
1 cucharada sopera de vainilla liquida
Azúcar glass para decorar (opcional)
Elaboración:
Precalentamos el horno a 180º, con calor arriba y abajo.
Tamizamos la harina junto a la levadura y reservamos.
Ponemos en un bol los huevos y el azúcar y batimos hasta que blanqueen doblando su volumen.
Sin dejar de batir vamos agregándole la vainilla, la nata (crema de leche) y el queso.
Una vez que este todo bien integrado le agregamos la mitad de la harina con la levadura mezclamos con movimientos envolventes.
Cuando este todo mezclado le agregamos la otra mitad de la harina y volvemos a mezclar con cuidado.
Untamos el molde con aceite o si podéis con espray desmoldante que queda mucho mejor.
Vertemos la mezcla en el molde engrasado y llevaremos al horno unos 45 minutos, siempre dependiendo del horno. Lo mejor es comprobarlo con un palillo o brocheta que está bien hecho por dentro antes de sacarlo.
Una vez horneado sacamos, dejamos enfriar y desmoldamos.
Podéis adornarlo con azúcar glass por encima antes de consumir.
Fuente: este post proviene de La Dulce Pasion de David, donde puedes consultar el contenido original.
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