Es una monada, no me digáis que no.
Pues esta preciosidad de bizcocho, que además está buenísimo, nació de un momento de necesidad. Teníamos en casa una cantidad absurda de naranjas y, después hipervitaminarnos hasta la saciedad a base de mermeladas y zumos aún nos sobraban así que decidí meterme en internet y buscar recetas de tartas con naranja y apareció esta maravilla en el blog www.bromabakery.com y me enamoré.
Ahora que las naranjas están en plena temporada, es el momento de hacer público mi amor por este bizcocho, que es la versión esponjosa de la famosa tarta Tatin (de la que tenéis la receta aquí).
Perfecto, ¿verdad?
¿No se os hace la boca agua?
¿Qué necesito?
100 gr de azúcar blanco
100 gr de azúcar moreno
75 gr de mantequilla a temperatura ambiente
2 huevos
2 cucharadas de zumo de naranja
1/4 cucharadita de bicarbonato
1 cucharadita de levadura tipo Royal
200 gr de harina
125 gr de yogur
Ralladura de una naranja
2 naranjas sanguinas
2 naranjas de mesa
1 pomelo
Para el caramelo: 10 gr de agua
25 gr de azúcar¿Cómo lo hago?
Antes de empezar a preparar el bizcocho vamos a cortar las frutas, que irán en la primera capa.
La combinación de varios tipos de cítricos crea un efecto muy bonito, al combinar diferentes colores y tamaños.
Cortamos varias rodajas de más o menos 1 cm de grosor. Lo mejor es cortarlas con la piel y después, con ayuda de un cuchillo quitársela. Mientras hacemos la masa del bizcocho, reservamos la fruta encima de un papel de cocina para que este absorba un poco del líquido de los cítricos. No tiréis nada de la fruta ya que los trozos que no hemos usado, los necesitaremos para cubrir los huecos entre las rodajas.
Vamos ahora con el bizcocho pero primero ponemos el horno a precalentamos a 180º.
Para la masa, empezamos batiendo el azúcar y los azúcares hasta que la mezcla esté esponjosa.
Después añadimos los huevos uno a uno y batiendo después de cada incorporación.
Añadimos también el zumo de naranja, el yogur y la ralladura de una naranja y, por último, los ingredientes secos (harina, bicarbonato y levadura). Mezclamos todo perfectamente hasta obtener una masa homogénea.
Preparamos ahora el molde. Ponemos una base de papel de horno que cubra el fondo del molde y que pintaremos con el caramelo que prepararemos mezclando el agua con el azúcar y calentándolo hasta que este último esté perfectamente disuelto. Encima del papel pintado colocamos las rodajas de fruta y cubrimos los huecos con trozos de fruta sobrantes. Pintamos la fruta con el caramelo que nos haya quedado y encima vertemos la masa.
Horneamos durante unos 35 minutos o hasta que al pinchar el bizcocho con un palillo, este salga limpio.
Una vez fuera del horno, dejamos enfriar completamente antes de desmoldar el bizcocho.
Desmoldamos y retiramos el papel con cuidado, que seguramente se haya quedado pegado a la fruta.
¿Qué más necesito saber?
Es importante probar la fruta antes de usarla para que una naranja o un pomelo demasiado amargo no nos estropeen el bizcocho. Os lo digo por experiencia.
Si al sacarlo del horno vemos que el bizcocho ha crecido de forma irregular (más por el medio o por un lado que por otro) lo mejor es poner un peso encima (con un plato será suficiente) para aplanarlo ya que esta parte será la base y si es irregular provocará que, al darle la vuelta, la parte de arriba, con la fruta (que es mucho más delicada), se rompa.