Creo que el ser humano es creativo por naturaleza, dibujando, escribiendo, componiendo música.....cocinando. Y en mi tierra hay mucho arte, grandes pintores, magnificos escritores y poetas, actores, estupendos cantantes, excepcionales cocineros; dar nombres sería largo, pero estoy segura de que quienes leen éstas líneas automáticamente les vendrán sus nombres a la mente.
Málaga es tierra de artistas, lugares repletos de belleza que inspiran a quienes se dedican o están “tocados” por el don de cualquiera de sus manifestaciones.
Una famosa frase dicha por Picasso: “Si llega la inspiración, mejor que te coja trabajando” me viene a las mil maravillas para comenzar la entrada de ésta receta, ya que no me siento especialmente inspirada en éstos momentos para escribir; por lo que, ya que estoy trabajando, intentaré hacer un esfuerzo y que las palabras vuelen en mi mente y mis dedos tecleen con fluidez la introducción de ésta receta.
Sentirme inspirada para escribir o cocinar algunas veces me es complicado, incluso duro..aunque ayuda el hecho de donde me encuentre, o como me encuentre en ése momento.....un lugar para inspirarme y cocinar puede ser para mi la increíble vista del mar, de éste mar Mediterráneo repleto de belleza o mirar al cielo al cielo nocturno que cubre a Málaga, contemplar el magnífico espectáculo del firmamento estrellado, dejar perder mi imaginación en cada uno de los destellos que veo en él, deleitarme con el mismo cielo que observaron todas las culturas anteriores a la nuestra, desde tiempos ancestrales y pensar en la cena o con algo tan sencillo y tan cotidiano como un rinconcito de “Mi cocina” donde mientras humean mis guisos me imaginano el olor de un bizcocho recién salido del horno.
Fué ahí, en mi cocina preparando un simple bizcocho, me llegó “la inspiración”: usar los pequeños y bonitos moldes, rodajas de piña en almibar que una vez abierta la lata no me gusta dejar en el frigorífico y parte de la masa que tenía que preparar, el resultado: unos pastelitos riquisimos que me sorprendieron al sacarlos del horno y ver que se fundieron en una dulce armonía la piña y el bizcocho.
¿Como hacerlo?
Para seis bizcochitos (según mis moldes) .
Usé 100 gramos de mantequilla, 160 grms de azúcar, 3 huevos, 140 grmos de harina con levadura ya incorporada (uso Harimsa), dos cucharadas soperas de leche y una de esencia de vainilla, 6 rodajas de piña y seis cerezas en almibar.
Batir la mantequilla y el azucar hasta que la mezcla esté cremosa y blanquee.
A continuación añadir los huevos, uno a uno, sin dejar de batir.
Tamizar la harina sobre la mezcla y remover hasta que esté bien mezclada.
Incorporar sin dejar de remover, la leche y la vainilla.
Engrasar los moldes con mantequilla derretida, con una brochita.
Poner una rodaja de piña en el fondo del molde, en el centro una cereza confitada y a continuación echar con una cuchara la mezcla sin que llegue al borde, alisándo la superficie con el dorso de la cuchara.
Hornear a 180º C, durante media hora (estos moldes son de silicona y son relativamente pequeños por lo que no necesitaron mucho tiempo), se puede comprobar si está listo, con un pincho de madera, si sale limpio insertándolo en el centro estarán listos.
Dejar enfriar antes de desmoldarlos.
¡¡ Les deseo un buen fin de semana !!