No te dejes engañar por su apariencia. No son magdalenas. Se trata más bien de una especie de galleta, pues su textura crujiente y su sabor tostado cuando te lo metes en la boca los delatan. Lo mejor es que no llevan huevo, ni leche, ni ningún tipo de producto de origen animal, así que casi todo el mundo puede prepararlos y comerlos. Los ingredientes son:
100 g de harina de trigo
150 ml de aceite de girasol
75 g de azúcar
1 cucharadita de levadura química (polvo de hornear)
1/2 cucharadita de canela en polvo
1 pizca de sal
También necesitaremos unos papelitos de los que se utilizan para hacer trufas de chocolate o mini magdalenas. Con esta masa tendremos para hacer entre 30 y 40 bocaditos.
Precalentamos el horno a 200º C. Tamizamos la harina junto con la levadura, la canela y la sal, añadimos el azúcar y removemos bien.
Hacemos una pasta incorporando el aceite y removiendo con unas varillas. Si te parece que la masa está quedando demasiado espesa puedes incorporarle un poco de agua, aunque el aspecto que debe tener es el de una especie de crema pastelera con mucho cuerpo. Mientras el horno termina de calentarse dejamos la mezcla en la nevera.
Rellenamos los papelitos con la masa solo hasta la mitad para evitar que se desborden. Metemos en la parte media del horno y lo vamos a tener entre 8 y 10 minutos, apagando el horno sin abrir a media cocción.
Pasado ese tiempo sacamos la bandeja del horno y dejamos reposar al menos una hora. Espero que te gusten y que te animes a prepararlos, porque están sorprendentemente buenos y son muy sencillos de hacer, ¿verdad?