Y cuando el tiempo está así de inestable lo que apetece es quedarse en casa, ver una película romanticona tirados en el sofá y acurrucaditos con una suave mantita de terciopelo. (Bueno, lo de la manta aún mejor que no.
¿Y si me apetece picar algo dulce?
Lo mejor sería algo que no me llevara mucho tiempo preparar. Y ahí es donde me acordé de esta receta.
Es tan sencilla que estará lista en un santiamén y para elaborarla sólo vas a necesitar tres ingredientes:
125 grs. de coco seco rallado
un bote pequeño de dulce de leche (yo utilicé de La Lechera)
200 grs. de galletas tipo María
Molemos las galletas. Podemos usar la picadora (ahorra mucho trabajo) o meterlas en una bolsa de plástico y pasarles el rodillo hasta que se desmenucen por completo.
Las ponemos en un bol y añadimos 80 grs. de coco, reservando el resto para rebozar y mezclamos bien.
Incorporamos el dulce de leche de a poco y mezclamos todos los ingredientes. Es mejor no ponerlo todo de golpe porque puede ser que nos sobre algo, dependiendo del tipo de galleta que utilicemos.
Cuando veamos que tenemos una masa espesa cuya consistencia nos va a permitir moldearla en forma de bolas, la ponemos en la nevera aproximadamente 1/2 hora para que acabe de compactarse.
Pasado ese tiempo retiramos de la nevera, vamos formando bolitas, rebozando en el coco que teníamos reservado y colocándolas en cápsulas de papel.
Tendrás unas pequeñas delicias que tendrás que esconder para no comértelas de una sola vez.
Yo sólo me comí una ¿no me crees? Bueeeno, dos, bueeeno, tres. En realidad me paré cuando llegué a cuatro, pero porque me quería llevar algunas al curro, que si no...
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