El último empujoncito me lo dio una amiga de origen Venezolano, Wuenda y gracias a ella me he aficionado completamente a este postre. ¿Cómo he podido esperar tanto?
La receta es bastante sencilla y el resultado es espectacularmente delicioso.
Estuve intentado encontrar su origen, pero no está nada claro. Lo único que parece ser realmente cierto es de proviene de Latinoamérica, aunque son varios los países que se atribuyen el mérito de ser los primeros en prepararla. Lógico, con lo buenísima que está.
Vamos allá con los ingredientes:
- Para el bizcocho:
4 huevos L (separando las claras de las yemas)
1 pizca de sal
150 grs. de azúcar
1 cucharadita de esencia de vainilla o vainilla en pasta
125 grs. de harina simple de trigo
1 cucharadita de levadura en polvo
- Para bañar la tarta
370 grs. de leche condensada (1 lata pequeña)
315 grs.. de leche evaporada (1 lata pequeña)
300 ml. de leche entera
-Para la cobertura:
90 grs. claras de huevo (3 claras aproximadamente)
180 grs. azúcar
60 ml de agua
1/2 cucharadita de crémor tártaro (opcional)
Empezaremos preparando el bizcocho.
Pondremos a calentar nuestro horno a 180º C, con calor arriba y abajo.
Untamos nuestro molde con mantequilla y lo cubrimos con una leve capa de harina desechando la sobrante.
En un bol batimos las yemas con el azúcar hasta que aumenten su volumen y blanqueen.
Añadimos la vainilla y seguimos batiendo para integrarla.
Tamizamos la harina junto a la levadura y lo incorporamos suavemente a las yemas.
En un bol aparte montamos las claras a punto de nieve con la pizca de sal y lo añadimos poco a poco a la mezcla anterior con movimientos envolventes.
Vertemos en el molde y horneamos a 180ºC durante unos 20-25 minutos (dependerá de cada horno).
Retiramos del horno lo dejamos entibiar antes de desmoldarlo sobre una rejilla para que acabe de enfriarse.
En otro bol mezclaremos las tres leches para ahora proceder al montaje de la tarta.
Introducimos el bizcocho en un molde donde queramos presentarlo (ten en cuenta que va a estar empapado en la leche)
Pinchamos con un tenedor o con palillos por toda la superficie del bizcocho y le vamos añadiendo la mezcla de leches poco a poco. Yo lo hice con un cucharón, esperando que absorbiera el anterior antes de poner el siguiente. La cantidad total es un poco a gusto de cada uno, si lo prefieres más o menos empapado en leche. Lo dejamos reposar en la nevera de 2 a 4 horas, preferiblemente toda la noche.
Para la cobertura yo he preparado un merengue italiano, porque me parece el más estable y duradero, pero puedes hacerlo también con merengue suizo si lo prefieres.
En un cazo pondremos 140 grs. de azúcar y el agua y lo llevamos al fuego para formar un almíbar algo denso, aproximadamente hasta que alcance los 118 ºC.
Mientras batimos las claras con el azúcar restante a punto de nieve fuerte.
Cuando el almíbar esté en su punto lo iremos añadiendo a las claras en forma de hilo y sin dejar de batir, poniendo cuidado de que no caiga directamente sobre las varillas de la batidora para evitar que cristalice. Puedes añadirle ahora el crémor tártaro si quieres ponerlo.
Por último cubrimos la tarta con el merengue, con ayuda de una cuchara o utilizando una manga pastelera si lo quieres más artístico.
Para el toque final yo utilicé un soplete de repostería para dorar un poco la superficie el merengue.
¡Y listo para degustar!
Si eres del club de los golosos como yo seguro que se convierte en una de tus favoritas.