Parece que me voy poniendo al día con recetas que tenía pendientes de hacer. Ya sabéis lo mucho que me gustan los arándanos y los frutos rojos en general. En Consum encuentro frambuesas y arándanos prácticamente todo el año, de producción española, concretamente de Huelva, que me han hecho feliz como una perdiz. Sí ya sé que lo mejor es consumir productos de temporada pero es que los frutos rojos sacan antojos de mí incontrolables. Así que cuando vi las tarrinas de arándanos esta semana pensé en este postre que había visto en la colección Pastelería creativa.
El Buckle blueberry es un cake hecho de una sola capa de una masa batida, amarillenta, con bayas, generalmente arándanos azules, y en su parte superior va cubierta de un crumble o masa desmigada tipo streusel. Esto le confiere una textura suave y crujiente al mismo tiempo con un sabor afrutado. A mí me ha encantado, no es excesivamente dulce y en esta época no resulta tan pesado como otro tipo de bizcochos más otoñales o de invierno. Los arándanos frescos le dan un toque afrutado delicioso.
Buckle, Betty, Crisp, Crumble, Grunt, Slump, y Sonker son nombres antiguos atribuidos a este tipo de dulces también conocidos como Cobbler. Este postre es originario de las primeras colonias británicas en América, cuando los colonos no podían hacer sus puddings debido a la falta de equipos de cocina e ingredientes. Se creó un método de cubrir un relleno de fruta cocida con una capa de masa de galleta cruda desmigada (no tenían rodillos para extender la masa y hacer un típico “pie” inglés) y el resultado gustó tanto que pasó a ser un socorrido postre. El nombre del plato proviene seguramente del aspecto de la superficie del postre, como una calle adoquinada (en inglés cobble street) o quizá del hecho de preparar todos los ingredientes juntos (preparar, mezclar ingredientes en una comida en inglés también es cobble).
Como veis hoy traigo un postre poco conocido pero muy fácil de preparar. Si no tenéis arándanos frescos también se puede hacer con la versión congelada dejándolos descongelar sobre papel de cocina para que absorba el agua sobrante aunque el sabor de los frescos es mucho mejor claro está. También se podrían utilizar otros frutos como frambuesas, moras, fresas, …, incluso melocotón, manzanas, …
En lugar de mezclar los arándanos en la masa yo he colocado la masa batida primero y luego los arándanos por encima en forma de segunda capa cubriendo finalmente con el crumble. Pero si queréis podéis mezclarlo en toda la masa como hice yo en el bizcocho de arándanos rojos y el de arándanos azules. Otra opción es doblar la cantidad de arándanos y hacer otra capa más abajo, o alternar con frambuesas o arándanos rojos. La verdad es que estos bizcochos afrutados son de lo más primaveral y tienen muchas posibilidades.
Había probado a hacer crumble otras veces pero no con los resultados que quería, la verdad. Eso de trabajar la masa con dos cuchillos no queda igual y desmigarla con los dedos tampoco porque el calor de la piel deshace la mantequilla y se va quedando blanda. Así que decidí comprarme uno de esos gadgets de cocina, esta vez fue todo un acierto. Se llama estribo por la forma que tiene y es un mezclador de pastelería con cinco hojas de acero inoxidable con un práctico asa que se utiliza para incorporar mantequillas o mantecas a una masa. Y con este utensilio sí he conseguido hacer una bonita masa desmigada. Ya os digo que no es imprescindible pero viene muy bien.
Si no tenéis preparada la mezcla de especias que utilizo muy habitualmente podéis poner sólo canela. Yo además le añadí un poco de cardamomo molido extra. Me encantan las especias. Podéis preparar el crumble primero y dejarlo en la nevera cubierto con film mientras hacéis la masa del bizcocho.
Este postre se puede hornear en un molde redondo, cuadrado, rectangular o incluso en moldes individuales tipo ramequín o cazueltias individuales. Esta vez he utilizado un molde redondo de 24 cm de diámetro desechable que encontré en una de esas tiendas mastodónticas de productos chinos que hay en la zona de Alfafar y me ha resultado muy útil porque además lleva un pespunteado para retirar el borde superior. Además 3 moldes por 1’50 euros. Han visto el filón de la repostería y ahora tienen de todo. La calidad no siempre es buena pero hay algunas cosas que por precio merece la pena.
Otra cosa que me ha gustado de esta receta es prepara sin robot de cocina, a la antigua, con cuchara de madera y un bol, simple, como los primeros colonos americanos.
En este post estreno el stand que compré en Alma’s cupcake, la tienda online de Alma Obregón. La verdad es que es taaaaan bonito, es como un maniquí antiguo de alambres. Me encanta. Por cierto que en su tienda, en Amazon y en María Lunarillos es donde más compras he hecho online de productos relacionados con la repostería. Eficiencia y calidad. Como veis hay que saber buscar.
Y ahora vamos con la receta, si no especifico lo contrario ya sabéis, ingredientes de calidad a temperatura ambiente.
Buckle de arándanos
INGREDIENTES (para 10-12 raciones):
Bizcocho
– 175 gr de azúcar
– 1 huevo
– 55 gr de mantequilla sin sal (textura pomada)
– 1 cucharada o TBSP de pasta o extracto de vainilla
– 225 gr de harina de repostería (200 gr de harina normal + 25 gr de maicena)
– 2 cucharaditas o TSP de levadura o polvo de hornear
– 1/2 cucharadita o TSP de sal
– 110 ml de leche entera
– 200 gr de arándanos frescos
Crumble
– 80 gr de azúcar
– 55 gr de harina
– 1/2 cucharadita o TSP de mezcla de especias
– 1/4 de cucharadita o TSP de cardamomo molido (opcional)
– 55 gr de mantequilla sin sal fría cortada en pequeños dados
Lo primero preparar el curable mezclando todos los ingredientes en un bol y mezclando con el utensilio especial o con la ayuda de un par de cuchillos. Dejar cubierto con film en la nevera.
Engrasar un molde redondo de unos 24 cm de diámetro o similar y precalentar el horno a 190ºC. En un bol pequeño mezclar la harina con el polvo de hornear y la sal, tamizar y reservar. En un bol grande mezclar el huevo con el azúcar y luego agregar la mantequilla pomada. Remover bien con la ayuda de una cuchara de madera y añadir la vainilla.
De manera alterna agregar al bol grande 1/3 de la mezcla de harina y 1/3 de la leche alternando y mezclando bien después cada vez hasta agotar todos los ingredientes.
Echar la mezcla en el molde, es un poco pastosa así que con la ayuda de una espátula alisar la superficie. Luego añadir los arándanos que podéis dejarlos en la superficie o empujarlos al fondo o mezclarlos previamente con la masa. Finalmente el crumble que teníamos reservado en la nevera.
Si lo hacemos así durante la cocción estallarán los arándanos y dejarán la superficie así de bonita.
Hornear a media altura a 190ºC durante 45-50 minutos o hasta que al introducir un palito en la masa salga limpio. El aroma es … mmmmmm.
Como veis queda una combinación de texturas perfecta.
Y al corte atractivo.
Hoy meriendo este delicioso bizcocho de arándanos y crumble espaciado ¿y tú, te apuntas?
¿O quizá para desayunar?
Este postre se puede servir aún caliente con una bola de helado de vainilla sobre el trozo de buckle, con nata (crema de leche) o natillas. O simplemente acompañado de un té o café como desayuno o merienda. Lo mires por donde lo mires delicioso. Al día siguiente también está delicioso, yo he congelado unos trozos para el fin de semana que viene.
SI TENÉIS ALGUNA DUDA, SI OS HA GUSTADO LA RECETA, DADLE AL ME GUSTA, COMPARTID O DEJAD UN COMENTARIO. GRACIAS POR LEER MI BLOG Y HASTA LA PRÓXIMA ENTRADA. PATRI.