El domingo se celebra el #nationalbundtcakeday, un homenaje a los bizcochos horneados en los moldes con forma de bundt cake patentados por la marca Nordic Ware en los años 50. Moldes que según cuenta la historia al principio no tuvieron mucha aceptación hasta que por casualidades del destino empezaron a venderse muy bien, llegando a tal fama que hoy en día son una joya para los amantes de la repostería. Y no es para menos porque realzan cualquier bizcocho con las formas tan bonitas, además son de una calidad excelente, que hace que el horneado sea perfecto y uniforme y con un desmoldado perfecto.
En esta ocasión he usado el molde Heritage y tuneado esta receta, reduciendo la cantidad de azúcar y prescindiendo de la crema que llevaba por encima. El resultado es un bundt deliciosos que recuerda en su sabor a los cinnamon rolls o rollitos de canela.
INGREDIENTES:
75 gr. de azúcar (lleva más azúcar, pero hay que separar esta cantidad para mezclar con la canela)
20 gr. de canela molida
250 ml. de nata (crema de leche) (en la receta original llevaba crème fraîche)
1 cucharadita de esencia de vainilla
370 gr. de harina de repostería (yo puse harina común)
7 gr. de maicena
16 gr. de levadura química
Una pizca de sal
275 gr. de azúcar
215 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
5 huevos
PREPARACIÓN:
Lo primero que haremos será precalentar el horno a 160º (desde hace tiempo horneo los bundts a esta temperatura, porque considero que la cocción se hace más uniforme, y sale el bizcocho perfectamente liso, sin barriga por arriba). Engrasamos el molde con spray desmoldante. Y vamos preparando los ingredientes.
Por un lado mezclamos los 75 gr. de azúcar con la canela y reservamos. También mezclamos la nata (crema de leche) con la vainilla y reservamos. Tamizamos la harina junto con la maicena, la levadura y la sal, y también reservamos.
En el bol de la amasadora (yo en la Kitchen Aid, con la pala plana) empezamos a batir la mantequilla junto con los 275 gr. de azúcar, hasta que la mezcla empiece a blanquear. Y después vamos a a añadir los ingredientes alternándolos y sin dejar de batir a baja potencia. Primero añadimos una tercera parte de la mezcla de harina, después añadimos la mitad de la mezcla de nata (crema de leche) y vainilla. Seguimos añadiendo otro tercio de la mezcla de harina. Continuamos añadiendo el resto de la mezcla de nata (crema de leche) y vainilla y, por último, añadimos el resto de harina. Batimos hasta integrar todo.
Ahora vamos a ir añadiendo al molde, por un lado tenemos la mezcla de la masa principal, y, por otro lado, tenemos reservada la mezcla del azúcar con la canela. Añadimos primero al molde un tercio de nuestra masa, dando golpecitos sobre la encimera para que se vaya distribuyendo uniformemente por el molde, después espolvoreamos la mitad de la mezcla de azúcar y canela. Volvemos a añadir otro tercio de la masa. Continuamos con el resto de azúcar y canela y, por último, añadimos el otro tercio de masa que nos queda. Volvemos a dar unos golpecitos sobre la encimera para que se distribuya bien la mezcla y llevamos al horno.
Yo lo he tenido 65 minutos. Lo ideal antes de sacarlo es pinchar con una brocheta y comprobar que ésta sale limpia.
Una vez horneado sacamos del horno y dejamos dentro del molde durante 15 minutos. Después desmoldamos y enfriamos totalmente sobre una rejilla.
Y ya sólo nos queda disfrutar de un buen trocito de este delicioso bundt cake.
Feliz fin de semana.