Que os creíais que iba a pasar el fin de semana enterito sin colgar alguna receta dulce, nooooo! hombre, eso no se puede permitir.
Como no tenía mucho tiempo hice una receta muy sencillita pero muy rica. Todo depende de lo rica que salga la crema pastelera, para la que en esta ocasión utilicé la receta del imprescindible de thermomix, que se hace en tan sólo 7 minutos y sale estupenda.
El viernes me fui a dar un paseo y encontré en una tienda canutillos para hacer cañas, no los pude dejar en la tienda evidentemente, así que aproveché la compra para hacer las cañas, las cuales ya iré perfeccionando cuando tenga más tiempo. Aún así, para ser las primeras, han salido muy buenas a mi parecer.
INGREDIENTES:
1 lámina de hojaldre fresco
1 huevo
Azúcar glas
PARA LA CREMA PASTELERA
100 gr de azúcar
500 gr de leche desnatada(en la receta original es entera, pero la hice con desnatada y sale estupenda)
50 gr de maicena
3 huevos
1 cucharadita de esencia de vainilla
Precalentamos el horno a 200º, calor arriba y abajo.
Cortamos el hojaldre en 6 porciones rectangulares y los enrollamos en cada canutillo previamente untado con mantequilla o con espray desmoldeante. Dejamos una puntita del canutillo fuera para luego poder desmoldarlos fácilmente.
Los pintamos con huevo batido.
Los llevamos al horno durante aproximadamente 15-20 minutos, hasta que los veamos doraditos.
Los sacamos y los dejamos enfriar.
Mientras tanto, echamos todos los ingredientes de la crema pastelera en el vaso de la thermomix y programamos 7 minutos, 90º, velocidad 4. Dejamos enfriar.
Si no tenemos thermomix, vertemos todos los ingredientes en un cazo al fuego y vamos removiendo sin parar hasta que espese.
Dejamos enfriar la crema pastelera con film transparente pegado a la superficie para que no forme costra.
Cuando todo se haya enfriado, desmoldamos los canutillos y con la ayuda de una jeringa grande o manga pastelera, rellenamos cada canutillo. Tened mucho cuidado que a mi se me rompieron un poco por las prisas, nos teníamos que ir corriendo a una comida y era el postre que llevábamos.
Espolvoreamos con azúcar glas.